Si puedo, si puedoooo xD
Día 2: quedate conmigo.
"Quedate conmigo" la frase dicha por todas sus reencarnaciones.
El joven caminaba por el pastizal verde y fresco que estaba cerca de los acantilados de las ninfas, no había alguna por allí, se habían marchado hace bastante.
Su largo cabello naranja se estremecía por la suave brisa marina, mientras que sus ojos de oro naranja miraban los alrededores con impaciencia, esperando ver algo.
Suspiró y se recargó en el árbol enorme que se posaba a ver las vistas del horizonte marino, disfrutando la fresca y profunda sombra que le daba, continuando su tarea de esperar. Gruñó con renovada impaciencia y vio sus manos, viendo la pulsera de piedras osmio y ópalo negro en ella, regaladas por la diosa que lo visitaba todos los viernes de la semana. Era prueba de su amor por el, que el había aceptado con una inocente sonrisa, enamorado perdidamente cual niño que era.
Traicionado por su propia inocencia.Vio el cielo, tentado a casi orar para que ella acudiera a él, pero claro y orgulloso como era, se negaba. El no le rezaba a ningún Dios.
Típica rebeldía de adolescente, tal vez, pero Rukia era la única diosa que lo sedujo hasta desear ser su eterno sirviente para estar con ella, tan peligrosa en cualquier sentido.
Con esos suaves labios rojizos como un rubí tallado y forrado no terciopelo o seda, cuanto amaba rozarlos y ansiar besarlos. Ella jamás le había besado.
Cómo amaba esos ojos de amatista marina, con un hechizo único de ella como el de una sirena, unos ojos que te gritaba que te hundirá muy profundo hacia tu muerte y aún así, te entregaba a ellos. Ella siempre le dedicó su tierno mirar mientras el no se daba cuenta y dormía, en largas noches de brisa taciturna envidiosa.
Cómo amaba su piel palida y suave como las voces de las musas, una piel tan tentadora y de aspecto inmortal, que la hacían irreal e irresistible al mismo tiempo.
Era una diosa de la muerte, del inframundo, era peligro y Agonía, y sin embargo para el, tenía su propia luz que anhelaba tanto.
Pequeña y demasiado peligrosa el amaba el peligro.Se sentó en el pasto y continuó recargado en el tronco de aquel árbol, perdido en sus pensamientos de enamorado, fantaseando como el niño que era. Demasiado joven para entender el desamor.
Ella esperó la noche para arribar, llevándose la sorpresa que el terco seguía en el mismo lugar, dormido, lleno de frío y tercamente con su ceño fruncido. De alguna forma ella sintió algo de culpabilidad, había enamorado al mortal para tener un sirviente fiel, para ser una serpiente engañosa con el como le habían educado, pero... Tanta inocencia, tal amor tan puro y real hacia que ella deseara ceder ante él.No le faltaban razones para amarlo, le sobraban, pero también tenía razones para no amarlo y era una sola, ella era la diosa del inframundo, la apodada "Hades" el era un humano, al que llamaban Zangetsu el libre. Ella estaba atada a la muerte, al egoísmo, a la oscuridad, mientras que el, era libre, no obedecía a nada ni nadie, con una mirada siempre ardiente y valiente, que corría y peleaba por sus ideales ferozmente. Ese niño había acabado con un hombre por defender a su hermana, sin tener una sola pizca de remordimiento en su alma.
Planeaba dejarlo en desamor, amargado para que al secuestrar al hijo de zeus, el apodado perseo el no se impusiera sumido en su tristeza.
-Hades.Ella jamás pensó que llegaría a sentir miedo de ese tono, tan frívolo como había sido con el mjndo excepto ella.
-Kurosaki, pensé que te habrías ido por mi tardía.
No se volteo a verlo, no queriendo que su corazón se ablanda se.
-Quería esperar hasta que decidieras ejecutar tu plan para secuestrar y matar a perseo.
-Que astuto, amor mío. Espero y no impida que nuestro lazo se siga formando.
Una risa seca escapó de su boca, grave y extraña.
-¿lo has visto? O simplemente estás mintiendome? Como siempre.
Ella se giró a verlo, a pesar de que su razón le gritaba que no.-No, jamás le he visto, pero lo encontraré de cualquier manera.
-Pues felicidades, Hades, Rukia mía, yo soy perseo.
Los ojos de ella se abrieron en sorpresa, con un temor que jamás había sentido en mucho tiempo, recordándole el miedo que le hizo sentir su hermano adoptado Kaien.
-No... Tu eres un humano simple, sabes que no debes de mentirme a mi.
-Soy perseo, hijo de zeus, pero el no es mi padre. Mi padre murió en el mar y se llamaba isshin, junto a mi madre masaki. No soy un simple humano, este humano te ama, yo decido si soy simple o no, hades.
-Osas ofenderme y ponerte a mi altura? Niño.
-ahora soy un niño para ti? Que así sea, hades.
Ella confundió sus palabras con su mirada, el sonrió de una forma temeraria, alzando de sus ropas una daga dorada.
-¿que pretendes hacer? ¡¿Morir!?
-No sólo eso, Hades. Querida, si muero y con esto, no tendrás el alma que tanto te falta para debilitar a zeus. No obtendrás su poder para abrir el tártaro. ¡Protegeré el mundo de ti, por mis hermanas y también te protegeré de ti misma!
La luna estaba viendo algo increíble. Un dios, una diosa, la más temible y cruel de todos, llorando por un humano.
-No... Quedate conmigo... Porfavor...
-No me amas, nunca lo hiciste y siempre lo supe. Nk sabes que es amar porque te obsesionarse con un torpe error de niños.
-Te necesito...
-Te quedaste viviendo en el. Pasado y ahora estás creando un futuro que te destruirá y yo, yo si te amo.
-Ichigo...
-y por ello, ¡Yo decidiré mi propia historia!.
-¡No!
¡QUEDATE CONMIGO!

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One-shots ICHIRUKI.
RomanceEl shipp más bello, entra y ve pequeños oneshots de cualquier cosa linda que se me ocurra. Escritos directamente desde mi kokoro :3