|Kivan•|

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Llevo rato observando el menudo cuerpo a mi lado, pensando el por qué soy tan pasivo con ella. No me comporto tan agresivo como lo hago con las demás chicas. Las razones por cual no he sido tan rudo son tantas. Ella ahora vive conmigo, su casi hermana igual. No han tenido nada fácil, no siento pena por ellas, pero no por eso voy a agredir a Tessa.

No podré olvidar su rostro de sorpresa al verme en el bufete de los GÜNTER o su delicado rostro pálido después de aquel delicioso beso. Recuerdo sus graciosos gestos en el restaurant cuando le conté un par de chistes. Son cosas que simplemente no olvidaré nunca.

Hoy la dejarás por mucho tiempo...

Mi otro yo tiene toda la razón tengo que ir devuelta a Infierno, padre necesita de mi ayuda. Los demonios se están portando demasiado mal, no es que no podamos portarnos mal, somos demonios y diablos, en nuestro sistema está por escrito que debemos llevar la maldad en la sangre. Pero al parecer se están pasando esos limites y tengo que ayudar a padre a ponerlos en su lugar.

Paso mi mano por la espalda de la pelirroja—que se encuentra bocabajo— haciendo que esta se estremezca —cosa que me fascina— mis caricias no cesan hasta el momento que ella abre sus ojos mirándome adormilada.

—Buen día Tessa. —mi voz sonó en un susurro, la mata de fuego me sonríe cerrando sus ojos y dándome la espalda.

Ella cree que seguirá durmiendo a tan solo unas horas de irme.

Me acerco a su cuello y lo beso mientras mi mano recorre todo su cuerpo terminando en sus nalgas.

—Despierta —lamo el lóbulo de su oído y recibo un gemido de su parte —Dije.Que.Despierta.

—Mmmm Kivan, déjame un poco mas.

Que va.

Ella no ha aprendido que cuando digo algo se cumple, tiro de las sabanas que cubren su blanca piel al suelo dejándola completamente desnuda, recibiendo un gimoteo de su parte.

—¿Qué diablos te pasa?—se voltea viéndome con el ceño fruncido y sus brazos tapando sus pechos.

—He dicho que despierta... o ¿acaso estas sorda?—me ignora y se levanta de la cama desapareciendo de la habitación de camino al baño. Me levanto de la cama sonriendo y camino en la misma dirección. He decidido que como el ecologista que soy, ahorraremos agua.

(°°°)

—No me has dicho a donde vas.—miro a atraves del espejo a la pelirroja que esta sentada en la cama, su cabello sigue húmedo. Después del ahorrador baño subieron el desayuno a la habitación y le comenté que estaría ausente por un mes o mas.

—Por que no tengo que decírtelo —termino de ajustarme la corbata, viendo como rueda los ojos dándole una mordida a la tostada francesa —¿No tienes que ir a la universidad?

—¿Porqué tendría que decírtelo? —doy la vuelta mirando como sonríe maliciosamente.

¿Quién se cree ella?

—No somos pareja para que yo te diga mis cosas, eso no te da a ti derecho de contestarme de igual forma. Cuando te pregunto algo contestas sin dar ninguna explicación y punto. ¿Te quedó claro o te lo ilustro?—su rostro se contrae y termina asintiendo a regañadientes.

—Maldito demonio de mierda.—pasa susurrando a mi lado tan bajo pensando que no lograría escucharla.

—Te he oído —le grito cuando ya salió de la habitación escucho cuando grita devuelta un ruidoso 'me vale' una carcajada limpia brota desde mi garganta, rocio perfume en mi cuerpo y salgo de la habitación buscando a Tessa.

Malignant Black #CROWNAWARDS2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora