Harry me miro para después poner el bate en mis manos.
— Venga, enséñame lo que tienes Baker.
Tomo las cosas que estaban en el cofre y las puso en el suelo.
Lo mire un momento y después al bate, lo tome del mango y me puse en la misma posición en la que él se había puesto hace unos minutos, mire el coche con odio y de pronto todos los recuerdos comenzaron a inundar mi mente.
Recordé las burlas que había sufrido a lo largo de mi vida, todas las veces que había llorado por no sentirme suficiente para alguien, la soledad que vivía constantemente.
Recordé a los únicos mejores amigos que había tenido y como me traicionaron. Recordé todas las noches en las que lloraba por horas hasta quedarme dormida. El día que John me pidió ser su novia y que al llegar a mi casa llore de felicidad, recordé la decepción que sentí al verlo vestirse después de que me quito la virginidad. Recordé como me humillo enfrente de todos.
La ira comenzó a correr por mis venas. Mi corazón se empezó a acelerar y deje salir todo.
Con un grito lleno de coraje estrelle el bate en el cofre, después tome más impulso y ahora le di en el parabrisas, cuarteándolo desde el centro hacia fuera, rompí el retrovisor y los focos de enfrente, seguí golpeando el coche repetidas veces hasta dejarlo con múltiples abolladuras.
Mi respiración era rápida, mi pecho subía y bajaba y la adrenalina corría por todo mi cuerpo. Mis manos dolían por sostener tan fuerte el bate y mi mirada se nubló. Mire a Harry que me contemplaba en silencio, había algo en su mirada que no supe descifrar; sacudió su cabeza y luego se agacho a recoger el destornillador.
— ¿Es para rayar el coche?— Me pregunto señalándolo.
Tenía ganas de llorar y no sabía porque, supongo que era por recordar la mierda de vida que tengo. Sabía que si hablaba mi voz se cortaría y no quería que Harry me viera en ese estado, así que solo me limite a asentir.
— Hay que hacerlo más interesante.— Se quedó pensativo unos segundos y después de su bolsillo del pantalón sacó una navaja militar.
¿Qué demonios? ¿Porque traía eso en su pantalón?
Harry se dio vuelta y se agacho en una de las llantas, tomó la navaja como cuando los asesinos toman un cuchillo y con fuerza lo clavo en la llanta, se escuchó una pequeña explosión y después comenzó a salir el aire que tenía adentro, Harry hizo lo mismo con las otras tres y luego tomó el destornillador encajándolo en el cofre y lo comenzó a mover haciendo figuras sin sentido, desprendiendo la pintura roja por donde lo pasaba, empezó a caminar alrededor del auto despreocupadamente hasta llegar a donde estaba yo y se plantó enfrente de mí.
Quito el destornillador y lo tiro a la mochila, se agacho hacia ella y me lanzo desde abajo uno de los aerosoles negros que había traído y se levantó con otro en su mano.
— Escríbele lo que quieras decirle. — Dijo y se dirigió a la cofre del auto.
— ¿Qué haces? — Mi voz ya sonaba normal, ya me había relajado.
— Tengo una idea.
Quito la tapa del aerosol y lo acerco al coche, presiono el pequeño botón blanco y empezó a rociar el líquido negro que salía de este, deje que hiciera lo que quisiera y me concentre en lo mío. Realmente no sabía que ponerle. Me quede observado el auto pensando que debería rayar en él.
— Venga Baker, me estoy haciendo viejo.— Dijo Harry sin dejar de pintar lo que sea que estuviera pintando. Apreté los labios y quite la tapa del aerosol para comenzar a rosearlo por toda la puerta del copiloto, comencé a poner diversas palabras sobre él y cuando termine camine unos cuantos pasos hacia atrás para observar mi obra de arte.
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V de Venganza.
AcciónCuando John Powell decidió apostar mi virginidad por un deportivo rojo para después exhibirme públicamente en la escuela; en ese momento cavo su propia tumba. Haría su vida tan miserable y asquerosamente deprimente que todo lo que el había construi...