02. Un don de Dios

516 54 25
                                    

Blake Palmer

Oigo por, la que creo que es, tercera vez Hooked on a feeling e inmediatamente sé que estoy en problemas. Y por si te estabas preguntando que demonios es eso, resolveré tu duda diciendo que es la canción que tengo como alarma en mi móvil, la cual por estar sonado por tercera vez, como mínimo, me dice que llego tarde al trabajo. Otra vez.
Y he ahí mi problema, no es la primera y si no me despiden hoy, tampoco preveo que sea la última vez que me pase.

Me levanto de la cama, me pongo una camiseta blanca con un par de agujeros y encima de esta, el mono de trabajo junto con mis, ya habituales, guantes de piel negros.
Una vez lista, salgo de casa y me monto en mayor consentida; mi moto, y emprendo mi camino hacia mi lugar de trabajo.

Finalmente, llego tres cuartos de hora tarde y con lo que probablemente sean dos multas de tráfico por exceso de velocidad. Pero mentiría si dijera que no ha merecido la pena darle un poco de gas a mi pequeña, porque Jerry, mi jefe, no se ha presentado todavía, por lo que puedo fingir que llevo aquí desde la hora en la que se supone que empieza, o debería empezar, mi jornada laboral.

A estas alturas debéis de estar preguntando que a qué me dedico. Bueno la respuesta es simple, soy mecánica, me dedico a eso, a arreglar cosas, en este caso coches, que en realidad suelen estar más cerca de la definición de chatarra que de la de coche.
Pero no engaño a nadie cuando digo que este es el trabajo de mis sueños. Me paso el día arreglando vehículos que probablemente sin mi ayuda serían inservibles, suelo tener bastante tiempo libre y además está...

—Blake, no sé como te lo montas, pero pareces empeñada en ser considerada la peor empleada del mes. ¿Como haces para quedarte dormida tres días, la semana que tienes suerte y no son más, de los cinco que tienes que trabajar?

Y además está Tom. Tom, mi increíblemente guapo y sexy compañero de trabajo.

—Ya ves Tom, es un don que me ha dado Dios y que no puedo desperdiciar. Ya sabes, todo ese rollo de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad y todo eso. No puedo desperdiciarlo así como así, sería injusto para el resto de la población mundial. —me burlo mientras él se acerca con un trapo en la mano secando sus manos de aceite. —Además de que tengo la suerte de que mínimo dos de cada tres días Jerry no está, y que los días restantes, te tengo a ti para hacerme el favor de cubrirme.

—Y tienes suerte de ser mujer y que me cobre esos favores simplemente con hamburguesas con doble de queso y patatas fritas. —me contesta mientras pasa por mi lado y me da un pequeño azote con el trapo.

Vaya, ¿no os lo había mencionado? Pues si, para mi desgracia, y la de la mitad de la población de Nueva York, Tom es gay. Yo personalmente, no le doy demasiada importancia porque eso no me impide disfrutar las vistas que me ofrece en los calurosos días de verano como hoy, cuando decide quitarse la camiseta.
Y que a pesar de ese pequeño detalle, es lo más cerca que he estado de un hombre en mis veintisiete años de vida y actualmente lo considero casi como mi hermano.

Y así, como un día más de mi aburrida rutina, pasan las horas en el taller entre chapuza y chapuza y por fin, llegan las cinco de la tarde por lo que salgo disparada con Jennifer en dirección a mi casa, y por si os lo estabais preguntando, si, he llamado Jennifer a mi adorada moto.

Una vez llego, me cambio la ropa de trabajo y me pongo una más cómoda. Pienso en quitarme los guantes puesto que hace calor, pero en ese mismo instante mi mente decide jugarme una mala pasada y se dirige a un recuerdo oscuro de hace catorce años.

De repente, no estoy en mi habitación ni tengo veintisiete años. Estoy en una pequeña habitación, si es que puede llamarse así, tumbada en una camilla, con los brazos y piernas atadas, con una sonda en mi brazo derecho. Vuelvo a ser aquella niña de trece años que ha dejado de tener miedo de lo que pueda pasar con ella pero que, en ningún momento ha dejado de sufrir y de pensar en qué momento se acabará todo eso a lo que la han sometido los últimos cinco años.

Inferno  » [Tony Stark] «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora