Ruptura

2.6 Irrompible

Su mente repentinamente había desarrollado una nueva habilidad para darle malos ratos con sus pensamientos, dudas e inclusos miedos irracionales. Ciertamente algo inusual en ella, Emiko nunca dudaba o siquiera se obsesionaba por una persona.

Su madre y su hermano eran su familia y, aunque no fueran los individuos más sensatos del planeta, el tener un apego afectivo o el sentir preocupación por ellos debería ser un comportamiento natural para ella, pero, ¿Él?.

¿Cómo era posible que en tan poco tiempo ella hubiera desarrollado tanto apego hacia Damian?.

Cuando conoció al chico solo pensó de él como una molestia siguiéndola con el afán de reclutarla a su equipo de niños incomprendidos. Por supuesto ella declino la oferta, la idea de jugar a ser superheroes con un montón de adolescentes estaba lejos de ser su objetivo de vida, mucho menos cuando el líder de aquel equipo parecía haber desarrollado una especie de atracción hacia ella. Robin tan solo tenia 13 años en ese entonces y era un enano con un ego sobrepasando su estatura.

Su segundo encuentro con los Titanes ocurrió años después en una situación desfavorable para ella.

Emiko había perdido la batalla ese día en contra el crimen organizado de Starling City. Con su cuerpo derribado sobre el mohoso suelo de aquella guarida de mafiosos pensó por un momento que el final de su vida había llegado, se había confiado en hacer las cosas por su propia mano.

Se equivoco.

La maniaca sonrisa de su agresor era espeluznante, el arma estaba firme en su agarre señalando directamente a su cabeza. Emiko imaginaba los títulos en los periódicos de mañana; 'Red Arrow asesinada por la mafia en su patética idea de salvar la ciudad por su propia cuenta'.

Cerró los ojos esperando su final, pero el gatillo del arma nunca fue activado. Con su borrosa visión podía ver con dificultad a dos aves luchando. El ave azul peleaba con gracia aprovechándose del miedo de sus ponentes mientras la ave roja golpeaba sin piedad a todo aquel poniéndose en su camino. Ese fue lo ultimo en su recuerdo antes de que sus ojos cayeran en un abismo de oscuridad.

Despertó en la luz, las brillantes luces provinieses del techo de su habitación le decían que ella seguía viva. su cuerpo se sentía en completo bienestar, bastante como para hacerla reconocer el entorno donde se encontraba. Sus salvadores también estaban ahí, al final no eran dos aves como ella los recordaba; reconocía la capa azul en los hombros de la hechicera descansando en su sillón y la figura de Robin a unos cuantos pasos de ella.

Mientras Raven dormía Robin le explicaba como fueron los hechos sin detallar el como es que ambas aves habían llegado hasta donde ella se encontraba, a este punto a Emiko no le importaba saber como la descubrieron en esa mohosa guarida, sin la ayuda de ellos ella estaría muerta. También le explicó la razón por la cual la hechicera dormía tan tranquilamente sobre su sofá, la mujer estaba agotada después de pasar un buen rato usando sus energías para curarla. Podría ser una mujer fría pero sinceramente le agradecía a ambos por salvarle la vida.

Fue así como nuevamente la oferta fue lanzada y ella por fin la acepto para convertirse en otra Titán.

No sabia si los acontecimientos relacionados con la salvación de su vida había entrado en juego por la cual Emiko Queen aprendió a ver a Damian Wayne mas allá de su faceta de chiquillo egocéntrico o, quizás, estaba relacionada con el efecto del tiempo haciendo cambios sobre él. Emiko se sorprendió por el cambio del chico, era más maduro, inteligente, letal y por supuesto, atractivo.

Observarlo luchar siendo todo un líder era un deleite para sus femeninos ojos y para su suerte esa pequeña atracción del chico hacia ella todavía seguía existiendo. Los hilos entre ellos fluyeron y cuando menos lo esperaron ambos se habían convertido en una pareja de enamorados.