Nuevo Hogar

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— ¿Esto es un bosque? — Esta oscuro, la luz de la luna ilumina las siluetas de los árboles, que con un ritmo suave se mecían de lado a lado, estoy de pie frente a un sendero.

— ¿Como llegue aquí? — Pregunté una vez más en voz alta, como si alguien en este lugar pudiera responder, pero, estoy solo, al final del camino hay una luz, quizás sea una cabaña o algo, levante el pie para empezar a caminar y dirigirme a la luz, pero, es pesado hacerlo, como si mis pies estuvieran atraídos al suelo por un imán, empecé a trotar para llegar rápido, puedo sentir el calor correr entre mis piernas, con mucho esfuerzo logre avanzar un poco.

— "Puedo llevarte tranquilo" — ¿Sarah? — "No puedes hacerlo solo, debes relajarte" — ¡Sin duda es la voz de Sarah! Es como un susurro muy suave.

— ¿Sarah dónde estás? — Grite con fuerza.

— "Tranquilo amigo te ayudare dame la mano" — Aarón ¿También está aquí?, su voz también sonaba como un susurro.

— ¿Donde están? ¡No puedo verlos! — Grite con más fuerza sin dejar de correr, puedo sentir el ardor en mis piernas por el esfuerzo, no puedo parar, poco a poco estoy acercándome a la luz.

— "Ayúdame por favor te lo suplico" — Esa voz... Es de aquel hombre... Como si una fuerza invisible me succionara empezó a arrastrarme al inicio, pero no deje de correr tratando de alcanzar la luz.

— No, no, debo llegar, por favor... Quizás Sarah y Aarón estén allí... Y ese hombre también, necesita mi ayuda...

Abrí los ojos de golpe y me senté en la cama ¿Era un sueño? No, un sueño no, una pesadilla; La luz delicada entraba por la ventana, comenzó amanecer...

— ¿Estas bien? — Frank de pie a mi lado me mira con cara perpleja.

— Frank, yo... ¿Te desperté?

— No, yo siempre despierto muy temprano — se encogió de hombros — Soy un despertador humano, pero tú, estabas moviéndote mucho y sudando... no sabía si despertarte.

— Estoy bien, solo era un sueño — Forcé una sonrisa.

— Ya entiendo, entonces ¿Era un sueño erótico? — Otra vez esa sonrisa maliciosa en su cara — ¿Estaba yo en él? — Lancé mi almohada a su cara. La puerta se abrió, Frank regreso a su litera de un salto no es como si hubiera mucha distancia entre ambas literas, pero para alguien de su tamaño seguro fue todo un logro; es Estela quien abrió la puerta, genial, mi persona favorita en este lugar.

— Despierten, levántense, andando flojos — Grito aplaudiendo, con mucho pesar y sin ánimos me levanté de la litera, Frank también lo hizo al mismo tiempo que yo, una vez más estamos frente a frente, por el sonido de su nariz me di cuenta que Frank está olfateando otra vez.

— Apestas — Me susurro, debe ser porque me oriné encima, cuando vi... No quiero pensar en ello.

— Salgan de sus literas y formen una fila — obedecimos de inmediato, Estela golpeó el vidrio y el hombre que me dejo ir al baño estaba ya de pie.

— ¿Te dieron problemas estos animales anoche? — Siento un cosquilleo recorrer mi columna, nervios, dirá que fui al baño, si lo dice, Estela me olerá y pensaran que no fui al baño...

— No, señora, ningún problema — Respondió casi como un militar ¡Uf menos mal!

— Eso esperaba oír, son las seis de la mañana, les daré un recorrido para que así puedan conocer los talleres que hay aquí, para que dejen de andar de flojos y se pongan a trabajar, aquí todos se ganan su plato de comida; a las ocho de la mañana se autorizan las llamadas — ¿Llamadas? Puedo llamar a Sarah para platicarle mi sueño seguro dirá que es mala yuyú — Las llamadas son solo una vez al día y con una duración de cinco minutos y siempre están vigiladas por nosotros; Ahora muévanse — Ordeno Estela.

CRIMINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora