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Narración de T/n:

Ayer lleguemos a Seul y yo estaba yendo de camino al hospital acompañada de JungKook. Mis padres no contestaban al teléfono y ni durmieron en casa, pensemos que se habían quedado en un hotel cerca del hospital. Una vez estando allí, en la habitación donde deberían estar todos, no estaban, me encontré con el doctor y me acerqué para preguntarle.

— ¿No te han dicho nada? – cuestionó extrañado, yo negué impaciente –. Me temo que su hermano ha muerto. – me quedé viéndolo con los ojos bien abiertos. Y con mis propios pies tropecé provocando que casi cayera al suelo, sino fuera por JungKook que me cogió a tiempo.

Solté un suspiro derramando un par de lágrimas –. Jung... Kook... – susurré, él me giró abrazándome fuertemente, protegiéndome de todo, sintiéndome protegida a su lado. No quería dejar que acabe este día, sabiendo que cuando cierre los ojos para soñar será en ese mismo lugar y el único en donde lo podré ver. Que si pasa un día y, al despertar al día siguiente y saber que no está, siento que no... que me faltará algo. Ya me falta algo.

— T/n, vámonos ya, aquí no hay nada más que hacer. – me susurró en el oído –. Quédate a mi casa a dormir, estaré para ti cuando me necesites. – y sino fuera haber sido porque estaba tan triste y rota, me hubiera dado cuenta de que lo estaba con doble sentido, como echándomelo a la cara. Y, que le hubiera dado un enorme beso en los labios para agradecerle. Pero como bien he dicho, no estaba en mis cabales, si sobria, no obstante, no podía pensar en nada más que fuera mi hermano.

[...]

Pasaron los días y el entierro llegó, por parte mía no se podía esperar mucho más que lágrimas. Aunque no hubiera pasado mis veinticuatro horas con él ahora, no significa que no me importe a tal grado de no derramar ni una sola lágrima. ¡Hombre! Hasta le limpié sus cosas de bebé.

Solo han pasado unos días y mi ánimo parece haber subido con un simple café o ¿era Coca-Cola? Da igual, el caso es que, ya ha pasado como dos meses sin mi hermano, se le hecha de menos y no puedo negar que se llora bastante en casa. Bueno, a decir verdad, solo mi madre, mi otro hermano y yo, mi padre se largó un día después del entierro de su hijo. Al parecer le fue infiel, sin embargo y si fuera poco, dejó embarazada a la amante. En fin, estamos mejor sin un infiel, que de padre y marido parecía más una sombra.

En fin, JungKook no me ha dejado nunca y su recompensa está siendo el cariño que le estoy cogiendo. Creo que me está entrando las revoltosas mariposas en mi estómago, conté con eso, me parece extraño que sienta eso ya que hemos sido novios por un par de días.

Hoy, para ser más exactos, ahora me estaba preparando para ir a verlo. Con un short negro, camiseta básica, chaqueta rosa con el cuello blanco y pelo suave, unos botines militares y, para rematar, un gorro negro. Ya preparada salí rápidamente de mi casa, tenía tantas ganas de verlo. Al salir me encontré con él allí esperando. Sonriente me acerqué a JungKook.

— ¡Kookie! – grité emocionada –. ¿Por qué no me has dicho que estabas esperándome afuera? – puse mis brazos en forma de jarra –. Mi padre te hubiera recibido, mientras esperabas un poco por mi. – me acerqué más a él y le agarré de las mejillas.

Sonrió mostrándome sus dientes, a su vez escondiendo sus ojos –. Acabo de llegar.

— Sí, sí. Acabas de llegar... – sonreí nuevamente y me alejé, comencé caminando en dirección a la cafetería de siempre, casi siempre. Dejándolo atrás –. Mentiroso. – llegó hasta mi lado de una mini carrera y pasó su brazo por mis hombros, apegándome más a él y provocando que mi corazón se acelerara.

— Un mentiroso a quién amas. – lo empujé tirándolo hacia el lado, salí corriendo y JungKook detrás, lleguemos, después de una gran correra para ver quién ganaría hacia la cafetería –. He ganado... reconócelo. – jadeó en busca de aire.

— No, he ganado yo... – me apoyé en el castaño para recuperar el aire perdido –. Nunca pierdo.

Me tiró de la oreja levemente –. Pues has perdido... – susurró con dificultad en mi oreja, soltando al final un suspiro que se le hizo irresistible. Las hormonas me estaban torturando para que lo besara, y como no quería hacer algo inadecuado lo cogí del brazo para que se pusiera recto y lo abracé. La carrera la habré perdido, no obstante, mi autocontrol no.

Sus brazos me rodearon la cintura e hico que me acercara más a él, mis piernas estaban con las suyas apegadas, como nuestros pechos y cabezas. Lo estaba disfrutando, eso sin duda, sentía que estaba bien con él. JungKook, creo que fue quien me demostró sinceramente sus sentimientos, y ¿qué recibió él a cambio?. Rechazo y más rechazos, un corazón roto y un amigo menos íntimo.

Despegó su cabeza de mi hombro, hice lo mismo, su rostro, lo veía cada vez más cerca del mío. Estaba sintiendo una opresión en el pecho, un corazón acelerado es lo que tenía. Cerré los ojos por inercia, esperando lo que pronto sucedería. Pero el mundo no quiso que hoy fuera nuestra reconciliación en la relación.

Una voz nos sacó de nuestros pensamientos...









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Perdón por no actualizar, pero no tenía la suficiente creatividad para continuarla, y sin ella hacer algo malo, conté con eso no ha quedado espectacular.

Gracias por seguir leyendo pese a que tardo medio o más de año en actualizar.

Y adiós, que tengas un buen día...

Dark Secrets | 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora