Un Héroe Citadino.

Introducción al amor.

—¡Miguel!

—¡Hiro!

-Ántes no me agradaba la idea de tener que esperar tanto para mirarlo de manera distinta.

-Pero ahora se me hace sencillo abrazarlo... Y no puedo dejar de hacerlo.

-Ya te llevo en mi pecho.

-En mi mente.

-Y en mi Corazón...-
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—¿Te gusta estár conmigo?

—Eso es algo muy fácil de responder.

~Encontré algo mucho más lindo que una simple amistad en tí.

—¡Hiro! Vas a llegar tarde.

—Y tu provocas eso.

—No es cierto. Tú eres un flojo, y eso es algo muy diferente jajaj.

~La emoción que sentía en mi pecho no podía nombrarla, no era propio en mi admitir algo así.

—¡Deja de hacer eso!

—Admite que te gusta.

—¡Claro que no!

~Con el tiempo solo quería saber cómo sería besarte, hasta que no pudiéramos respirar.

—Miguel, quédate quieto. Me desesperas.

—Es tu culpa que este así.

~Eran una gama de emociones.

—M-Migue...

~Pero en algunos momentos de la vida te hice sufrir.

—H-Hiro...

~Me quedaba hablando con el viento. Mirando la ventana. Esperando poder volver a verte.

—Juraste que jamás me dejarías solo...
¡Eres un total mentiroso!
Si no fuera porque te amo... Te odiaría, te lo aseguro!

~Unas lágrimas dicen muchas cosas, pero solo las tuyas son las que puedo entender mejor que nadie más.

—Hiro... ¡No me hagas más esto! Me asustaste demaciado, ¡tonto!

~Y a pesar de todo. Milagrosamente aún estamos juntos. Listos para escribir algo totalmente nuevo. Y estoy ansioso por mostrarle al resto del mundo que puedes conseguir todo lo que tu corazón desee.
Incluso el estár con la persona que amas.
Y yo tuve esa maravillosa suerte.

Tenerte conmigo es todo un lujo para mí.

—Quiero que vivas conmigo...

~Me besaste, me abrazaste, y me tuviste entre las flores de el amor.

—¿Un anillo...?

~Siempre quisiste lo mejor para mí, y por eso te admiro.
Y siempre te consideraré como:

—Mi Héroe...