Ese día Hiro había sentido una vez más, lo que era la real felicidad, su vacío temporal dejó de existir y no podía sentirse mejor.
Hiro, Miguel y el resto llegaron al café, Tía Cass al ver a Miguel dejó unos minutos el trabajo para saludar al chico, abrazarlo y decirle lo feliz de estaba por tenerlo de regreso.
Todos pasaron la tarde en el café, celebrando que Miguel había vuelto, y sus amigos admitían que Hiro se veía de mejor humor, y aunque quisiera, no podría dejar de sentirse feliz de volver a estar junto a Miguel.
Rato después, sonó el teléfono de Hiro, por lo que se levantó y se alejó de la mesa para contestar la llamada.
Se trataba de una llamada rápida hecha por Abigail, la cual le pidió ayuda a Hiro, dudó por unos segundos, pero accedió y le contestó a su amiga que ahí estaría.Hiro habló con sus amigos y Wasabi insistió en llevarlos a casa de Abigail en su automóvil, Hiro aceptó y Miguel decidió acompañarlo.
Una vez que llegaron ambos chicos se bajaron y entraron a la casa de Abigail.—Hiro, me alegra que... Llegaras...—Abigail al ver a Miguel se quedó muda.
—Hola.—saludó Miguel.
—Miguel, ¡volviste!—sonrió ella abrazándolo.
—Sí, volví.
—Me alegra que lo hayas hecho, la actitud de Hiro ya me comenzaba a preocupar.
—¿Por qué tienen que hablar tanto de mí?—preguntó Hiro molesto.
—Hiro, llegas a ser emocionalmente dependiente de Miguel, es innegable que te sentiste mal mientras él no estaba aquí.
—No digas más, por favor Abby.
—Está bien, lo siento.—rió.
—¿Por qué me llamaste?
—Ah, quería pedirte un favor.
—¿Qué necesitas?
—Bueno, resulta que pasado mañana, tendré una junta con los otros maestros de la universidad, tal vez terminó el año para ustedes, pero los docentes aún estamos trabajado.
—Sí, lo sé, ¿Entonces?
—Bien, lo que pasa es que no puedo tener a Hiromi toda la junta conmigo, pero unas amigas quieren conocerla.
—¿Quieres que pasemos a buscar a Hiromi despues de un rato de la junta?
—Sí, es eso.
—Está bien, nosotros podemos cuidarla.—respondió Miguel.
—¿Hablas por los dos...?
—Ay Hiro, una niña como Hiromi no da nada de trabajo.
Abigail no pudo evitar reír.
—Tienes suerte de que Miguel volviera, me dijiste que tienes una hermanita, ¿No?
—Sí, tengo una hermana menor.
—Tienes la experiencia, puedo confiar en ustedes.
—Claro que sí.
—Gracias chicos.
La conversación se interrumpió al escuchar el llanto de la niña dentro de su habitación, Abigail corrió a verla y la cargó a la sala, donde estaba la pareja.
—Mira Hiromi, tenemos visitas.
Hiromi miró a los chicos dejando de llorar, Abigail sin avisar dejó a la niña en brazos de Hiro.
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Un Héroe Citadino.
FanfictionMiguel Rivera se despide de México para conocer San Fransokyo junto a su compañero de aventuras, Hiro Hamada, quien le mostrará lo que puede llegar a hacer la tecnología, conocer nuevas personas, y descubrir un mundo infinito de posibilidades. »Pri...