Capitulo 4

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Luego de los problemas técnicos, nuestros protagonistas se encontraban ya listos y preparados. O, algo así...

– ¡No, no hagas eso! ¡No puedes caminar como perro con picazón, ahora eres una chica! – Corregía Lucy a su propio cuerpo, mientras hacía una demostración. – ¿Ves? Así. –
– ¡No camines tú como niña si estás en mi cuerpo! – Se preocupaba Natsu.

–Bien, hagamos una tregua mientras esto sucede. – Suspiró ella. –No te avergonzaré si tú no lo haces, ¿de acuerdo? – Planteó Lucy.

–De acuerdo. – Sonrió él.

–Oh, soy tan linda sonriendo. – Apreció la muchacha con ojitos emocionados.

– ¡Qué vanidosa! – Remarcó Natsu. Pero en ese momento se escuchó un estruendo que sacudió todo el departamento.

– ¿Q-Qué es eso? – Preguntó Lucy sin entender.

–Ah, no has comido. Es hora de la recarga. – Explicó con expresión orgullosa, con importancia para él.

La muchacha tomó su propia mano y se dirigió hacia afuera.

– ¿A dónde vamos, Luce? – Curioso.

–A comer. Y dime Natsu. – Dijo seria.

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- Los dos se encontraban ahora en un restaurante. Cada uno había pedido la comida para el otro. "Natsu" tenía montañas de cosas y "Lucy"... una ensalada.

–Esto tiene que ser una broma. – Se exasperó Natsu. –Dame algo de eso. – Se estiró tomando una pata de pollo, pero su mano real golpeó al, esperaba, temporal. – ¡Oye! – Hizo un
puchero "la chica".

–Nada de quejas, eso tiene 500 calorías que se irán directo a mi cadera. Además, superaría lo que debo comer si quiero cumplir con las cuatro comidas del día. Declaró tajante "Natsu".

–Pero, ¿por qué yo debo sufrirlo? – Enojado.

–Porque estás en mi cuerpo. – Solucionó. – ¡Debes bajar 4 kilos pronto, verte así me crispa los nervios! – Dijo esto más fuerte de lo que esperaba. –Y si es posible, dentro de estas semanas.
–O-Oye, Lucy...– Susurró Natsu.

–Sólo vegetales y agua, mucha agua. – Seguía ella en su mundo.

–E-Escucha...– Sudando ya.

–Y nada de postre, aunque diga dietético yo de verdad no les cr- – Y "Natsu" fue tomada de la ropa.

–Así que tú eres de esos que llaman gordas a las chicas, ¿no? – Decía un hombre enojado, con una pandilla atrás suyo.

–No, espera, esto es un malent- – Interrumpida de nuevo, un puñetazo quedaba marcado en la cara de Natsu, pero el dolor era todo para Lucy.


– ¡¿Quién demonios te crees que eres?! – Se levantaba "la chica" de su lugugar al mismo tiempo que se colocaba frente a "Natsu". – ¡Ya verás! ¡Rugido del dragón de fuego! – Pronunció

y tomó aire antes de soplar, pero al hacerlo sólo salió un... simple silbido.

Los hombres la miraron confundidos.

–Ah, haz lo que quieras primor, pero no deberías salir con un idiota como él. – Rieron y se fueron.
–Oh, cierto, este cuerpo no puede hacer eso. – Recordó un lento Natsu luego del episodio.
–Ouch. – Se sobaba la mejilla la ex rubia detrás suyo.

–Lucy, ¿estás bien? – Se dio media vuelta y la vio con preocupación.

–Sí, no hay problema. – Sonrió sin darle importancia. – Las marcas quedarán en tu cuerpo después de todo. – Y rio ante la mirada de pocos amigos de Natsu.

Luego de la comida, ambos se dirigieron al gremio. Lucy pensó que en la biblioteca seguramente hallaría algo...

¡Te veo hasta en mi cuerpo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora