Capitulo 6

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–Ah, sí, lo siento. No, no es por eso, Levy. – Disimuló. –En realidad estoy buscando algo de información. – Explicó ahora.

–Oh, y, ¿sobre qué, Lu-chan? – Sonrió.

–Sobre cambios del cuerpo. – Dijo sin más el muchacho, no notando que "aquello" decididamente cambiaba un poco el sentido de las cosas...

Finalmente, Levy se sonrojó y "Lucy" la miró sin comprender.

Aquello era horrible. Terrible. Espantoso. Era lo peor que le había pasado en su corta vida, y lo seguiría siendo siempre. Mierdamierdamierdamierda era lo único que le pasaba por la cabeza a "Natsu" mientras mantenía los ojos cerrados.

–Oye, cabeza fundida, ¿te encuentras bien? – Preguntó por enésima vez Gray desde que estaban en esas termas. – Estás muy raro hoy.

–S-Sí, no es nada. – Negaba con la cabeza, sintiendo un calor insoportable, no sabía si por los nervios, el horror, el cuerpo de Natsu en general, las aguas termales, el sol... Ah, daba
igual, eso era un espanto.

– ¡Chicos, rápido, las mujeres están del otro lado, vamos a ver! – Escuchó decir fuera del agua a... ¿Laxus? ¿Es que todos eran iguales?

– ¡Oh, Natsu! – Sintió decir Lucy frente a ella, y abrió los ojos. – ¿Por qué has venido con traje de baño? – Simplemente no podía creerlo: hasta Makarov estaba ahí delante de su
cara... ¡DESNUDO!

– ¡Sí, Natsu, eso no es de hombres! – Otra vez Elfman a lo lejos.

–Además, eres el único que no viene a ver a las chicas, eres raro. – Añadió... ¡¿Romeo?! El mundo de los hombres decididamente era horrible. ¡Ellos eran hombres antes de ser niños!

–No, él nunca va si no está Lucy. – Declaró Gray a su lado, aún dentro de las termas. Ella en cierto sentido se alegró al saber eso, pero, ¿por qué su mejor amigo querría verla...?

–No te preocupes, Natsu, Lucy no está aquí ahora, relájate. – Interrumpió sus pensamientos Macao.

Oh, si supieran lo que dicen....

"Lucy" estaba ahora de todos colores al escuchar las preguntas, comentarios y libros sobre el cuerpo femenino que Levy desplegaba por la mesa sin parar.

–Y así regulas el ciclo menstrual. – Finalizó la peliceleste luego de explicar cosas que Natsu jamás, JAMÁS hubiese imaginado, NI QUERIDO escuchar en toda su existencia. –Lu-chan. –

Su amiga la miró con seriedad.

– ¿Hum? – Fue lo único que pudo responder el chico en ese momento, aún aterrado.

– ¿Acaso tú vas a...? Ya sabes. – ¿Ya sabía? ¿Qué tenía que saber? ¿Había algo más después de toda esa sucesión continua de espantos que los pobres oídos de Lucy habían tenido
que escuchar? – ¿Q-Qué?- Temió hasta preguntar.

–Ya sabes... – Se sonrojó Levy. – "Eso". – Dijo nerviosa.

– ¿"Eso"? – El chico sí que era lento.

–Sí. Darle tu alma y tu cuerpo a esa persona especial. A tu amor. – Finalizó Levy roja.

Oh, no. No, no. Eso NUNCA pasaría mientras él viviera. No lo permitiría.

– ¡LUCY NO HARÁ ESO EN SU VIDA! – Se levantó "Lucy" con enojo.

– ¿Eh? ¿Por qué hablas como Juvia, Lu-chan? – Parpadeó varias veces Levy. – ¡Espera! – Gritó al ver a su amiga irse. Algo muy raro estaba pasando con ella. ¿Serán las hormonas?
pensó McGarden.

Sin prestar atención a nada, Natsu sólo se revolvía en su fuego interior. Oh, Lucy iba a escucharlo esta vez. Sí, señor, definitivamente.

Al mismo tiempo, el cuerpo de un pelirrosa llegaba con asco al gremio. Los hombres eran horribles. ¿Cómo podía Natsu juntarse con esos... esos... esos cavernícolas? Ah, pero él era un
hombre también. Decididamente iba a escuchar algunas cosas.

De pronto los dos se vieron en la entrada de Fairy Tail y corrieron a encontrarse ante la mirada de intriga de todos.

– ¡Eres un/a idiota! – Gritaron al unísono, y Mirajane pensó que quizás aquello no estaba funcionando....

¡Te veo hasta en mi cuerpo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora