ACLARACIÓN: TODOS LOS PERSONAJES DE LA SIGUIENTE OBRA DE FICCIÓN SON MAYORES DE 18 AÑOS, PESE A QUE EN EL TEXTO NO SE ESPECIFICA SUS EDADES CONCRETAS.
¡Prefiero un hijo muerto antes que un hijo artista!
Louis despierta entre sudores fríos, respirando dificultosamente. Cuando se percata de que solo ha sido una pesadilla vuelve a tirarse sobre la cama y suspira, las palabras aún suenan vívidas dentro de su cabeza y teme que se hayan quedado grabadas a fuego. Se pasa la mano por el pelo, apartándolo de la cama y mira de soslayo el reloj; las tres de la mañana.
Duda que pueda volver a conciliar el sueño. Siempre es extraño dormir en una cama nueva y entre paredes que no te conocen; eso le hace sentir lejos de casa, pero ahora mismo es lo que necesita: huir de ese ambiente tóxico y poder cumplir su sueño o al menos tener la oportunidad de intentarlo.
Se levanta de la cama y saca una de las libretas por estrenar de dentro de su mochila, coge también un bolígrafo negro y se sienta en el suelo, apoyado contra la incómoda cama. No quiere ir el primer día de universidad soñoliento y pareciendo una especie de muerto viviente, pero demasiadas noches en vela en su vida le han enseñado que cuando sueña con sus padres, no vuelve a pegar ojo en toda la noche. Siente el pecho punzar con dolor y hace lo único que sabe para aliviarse: escribir.
Aunque la tinta salga intermitentemente, aunque el pulso le tiemble. Lo único que ha tenido nunca son sus palabras, así que solo ellas pueden acompañarlo en momentos duros.
La alarma suena y Louis da un bote, tropezándose y cayendo sobre la cama; los muelles crujen estruendosamente y los bultos del colchón hacen que la caída sea tan mala como si hubiese sucedido en el suelo. No recuerda haberse quedado dormido, pero eso es lo de menos. Cierra la libreta llena de palabras ininteligibles y manchas de lágrimas y la guarda de vuelta en la mochila. Ve la hora con cierta preocupación, así que simplemente se lava la cara con agua fría para despejarse y peina su cabello castaño con desgaire. Huye de su reflejo cuando sale del baño, luce tan desvaído que el azul intenso de sus ojos parece más bien un gris apagado.
Se da lástima a sí mismo, pero sabe que no tiene tiempo de auto compadecerse. Agarra sus cosas, junto a una manzana y un pequeño zumo antes de salir corriendo desde el motel donde ha dormido hasta la estación de tren. Después de llegar pasa una aburrida hora en el tren hasta que llega al campus.
Cuando por fin baja del transporte siente las piernas rígidas y doloridas, probablemente por la falta de sueño y porque ha pasado todo el viaje de pie al cederle el asiento a una anciana; no le molesta que ahora caminar sea un poco más difícil, la sonrisa agradecida de la mujer ha valido la pena para él. Además, el ama complacer a la gente, hacerlos felices.
—Disculpa. —dice tocando el hombro del primer tipo solitario que ve, puesto que odia acercarse a grandes grupos e interrumpir. Cuando el hombre se voltea no puede creerlo.
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7 días de sumisión [EN AMAZON]
RomanceHarry es un hombre frío, intimidante y al que nadie de su carrera quiere acercarse, excepto Louis, un pequeño pájaro que ha volado demasiado pronto del nido de su hogar. Ambos empiezan a conocerse y Harry le ofrece a Louis una oportunidad de oro ¿El...