13. Una niña, un preso, un gato y un conejo buscan una rata

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Tras declarar la guerra a Colagusano, Lucy, Pelos y Crookshanks fueron al dormitorio de las chicas.

- Definitivamente tenemos que atraparlo antes de que consiga el modo de burlar los hechizos. - decía Lucy, sentada en la cama. El cuarto estaba vacío -. Pero tenemos que traer a Sirius. Así, cuando cojamos a Colagusano, podremos ir todos al despacho de Dumbledore a contarle la verdad.

- ¿Cómo lo hacemos? - preguntó Pelos -. Le van a ver queramos o no.

- Por eso yo he robado esto. - dijo Crookshanks.

Fue hasta la almohada de Lucy. Rebuscó tras ella y sacó un pequeño papel. Se lo entregó a Lucy con cuidado.

- Esto... - empezó Lucy, leyendo lo que había escrito -, es el papel de contraseñas de Neville. ¿Se la has quitado tú? La ha estado buscando como loco.

- La podemos utilizar - dijo Crookshanks -. Sólo hay que hablar con Sirius.

- Tienes razón - dijo Lucy, cogiendo su bolso -. Vamos.

☆ ☆ ☆

- Hemos tenido una idea - decía la pelirroja, ya en la Casa de los Gritos.

Mientras Sirius comía un bocadillo, Lucy paseaba por la sala de un lado a otro.

- Crookshanks ha tomado prestada la lista de Neville con las últimas contraseñas que ha habido para pasar a la sala común. Es lo que vas a usar para entrar. Cruzarás el túnel del sauce...

- Espera - la interrumpió Sirius con la boca llena -. Hay un pasadizo mejor. Está en el sótano de Honeydukes, y da hasta una estatua que está en el tercer piso.

- ¡Perfecto! Entonces usarás ese, y te llevarás contigo la lista. Pero... - Lucy meditó un segundo -, espera.

La chica sacó una pequeña libreta y un lapicero del bolso, y empezó a copiar las contraseñas.

- ¿Qué haces? - preguntó Sirius. - Ya hay una lista, no necesitamos dos.

- ¿Y si pasa algo y descubren la lista de Neville? - decía Lucy mientras copiaba -. No sería justo que le culparan a él. Yo le devolveré la suya mañana.

Cuando acabó, entregó a Sirius la segunda lista, y la original la guardó.

- A ver por dónde iba... ¡Ah, sí! Tú entras en el castillo, y vas a la torre de Gryffindor. En el lienzo estará Sir Cadogan. Dile todas las contraseñas que pida, y te dejará pasar. Yo te estaré esperando en la sala común. Subiremos al dormitorio de los chicos a buscar a Colagusano.

- ¿Aún sigue escondido en el cuarto?

- Sí. Pelos y yo hemos hechizado las salidas para que no pueda escapar. Eso sí, habrá que buscarlo. Algo difícil, porque allí duermen cinco. Pero da igual. Cuando le atrapemos, saldremos pitando de allí e iremos al despacho de Dumbledore. Lo que hay que vigilar en esta parte es que Colagusano no escape. Pero somos cuatro contra uno.

- Bueno, en realidad seríamos dos contra uno. Ellos dos son un gato y un conejo...

- No nos subestimes, Sirius - pidió el gato.

- Crookshanks pide que no los subestimes - le dijo Lucy.

- Vale, vale. Lo haremos mañana. 


- No - dijo Lucy -. Dentro de poco jugamos contra Ravenclaw. Y cuando un partido se acerca, los chicos suelen dormir poco, por los nervios. En especial Harry. Lo haremos después del partido.

Aclarado todo, se sentaron a cenar. Últimamente, Lucy lo hacía dos veces. Una en el Gran Comedor y otra con Sirius en la Casa de los Gritos. Mientras la pelirroja comía un trozo de sandía, Pelos se subió a su hombro.

Lucy Weasley y el prisionero de Azkaban ✔️ [Lucy Weasley I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora