Tres meses después
La casa ya estaba prácticamente amueblada, a falta sólo de que Emily decidiera mudarse allí definitivamente. Derek, aunque estaba deseando que diera el paso, no quiso presionarla de ninguna manera. Algunas mudas de ropa y su cepillo de dientes, estaba bien por ahora. Si bien sabía que tendría que tomar un par de decisiones complicadas pronto.
Acababa de poner el lavavajillas, y subió al dormitorio principal donde Emily se encontraba recostada en la cama leyendo un libro de Vonnegutt, "madre noche". Llevaba un pijama corto, de dos piezas, y se la veía relajada y feliz. Se acercó a ella, y se tendió a su lado. Ella, le dirigió una sonrisa, y siguió con su lectura.
Derek pasó su mano suavemente sobre el pequeño abultamiento de su vientre, que aún era imperceptible para todos, excepto para ellos, y le dio un beso de mariposa bajo su ombligo.
Aún no se había decidido a confirmar su relación delante del equipo a pesar de que ambos sabían perfectamente que era un secreto a voces. Estaba a gusto con Derek. Le parecía que estaba en una especie de sueño, e irracionalmente creía que contarlo sería como despertar.
- Em, no creo que esta vez puedas negar la evidencia durante mucho tiempo más.
Emily dejó el libro a un lado para contemplar al hombre que amaba.
- Calculo que puedo hacerlo al menos durante unas cuatro o seis semanas más- Replicó arqueando una ceja.
Derek se echó a reír.
- ¿Y qué harás cuando se den cuenta de que hay una cuna en una de las habitaciones?.- Se burló de ella.
- Quizás no debiste apresurarte tanto en subirla del sótano- Le reprochó ella siguiendo su broma.- Sólo estoy de diez semanas, aún falta mucho para que este bebé pueda ocuparla.
- Vamos princesa- Le dijo con cierta sorna- Le echaste el ojo desde el primer día que la viste. Simplemente no quería que se estropeara allí abajo.
Emily sabía que era cierto, a los pocos días de enterarse de que iba a ser padre, la recuperó del sótano y la restauró a sus espaldas. Luego, la había sorprendido colocándola en la que habían decidido que iba a ser la habitación del bebé. La más luminosa de la casa, con vistas al jardín.
- Está bien- Aceptó ella- Se lo diremos. Además, preferiría que se enterasen de una forma más apropiada de lo que lo hiciste tu.
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Cinco semanas antes
Emily se quedó petrificada viendo el palito con las dos líneas rosas. Aunque por un lado tenía sus sospechas, en el fondo pensaba que sólo era un simple retraso. Con el estrés de su trabajo, no era nada extraño. Apenas su relación con Derek estaba empezando, sólo dando los primeros pasos y ni siquiera habían pensado decirle al equipo que aquello comenzaba a tornarse en algo más serio. Nadie había vuelto a preguntarles sobre lo ocurrido en el sótano, aunque no le pasaban desapercibidas las sonrisas cómplices entre sus amigos, cuando casi sin darse cuenta Derek y ella cruzaban la mirada, se tocaban con suavidad, o sonreían tímidamente. Emily lo agradecía profundamente. Simplemente le estaban dando espacio. Ya lo había pasado lo suficientemente mal con lo de Doyle, y sólo querían que fuera feliz. Sabían que si alguien podía lograrlo era Derek.
Durante varios días, consiguió ocultárselo. No sabía como se lo iba a tomar, y sobretodo, no sabía cómo se lo debía tomar ella. Necesitaba tiempo para procesarlo antes de decírselo.
Pero luego surgió aquel caso. Un asesino en serio que tenía fijación por el personal hospitalario. Hotch les había enviado a ella y a Derek a la última escena del crimen, justamente en un Centro Hospitalario. Cuando llegaron, un policía los acompañó a través de pasillos interminables, hasta que llegaron a la sala de rayos X.
Derek, se dio cuenta cuando ya había avanzado varios metros más que ella, que Emily se había quedado rezagada detrás, con los ojos clavados en el cartel que advertía del comienzo de la zona de radiación.
La miró confuso, le indicó al policía que siguiera, mientras que él volvió sobre sus pasos, hasta donde estaba ella.
- ¿Estás bien?- Le preguntó preocupado. Llevaba días encontrándose mal. Emily le había dicho que era un virus, pero allí de pie, a la luz de los fluorescentes, le pareció que estaba demasiado pálida.
Ella lo miró como si hubiera visto un fantasma.
- ¿Emily?- De preocupado, pasó a alarmado, y colocó su mano en su cintura, pensando que en cualquier momento se iba a desplomar al suelo.
- No puedo entrar ahí- Apenas fue un susurro.
Derek intentó ver más allá de sus palabras. Siguió el recorrido de su mirada, hasta el cartel de advertencia de la puerta. Su mente de perfilador supo la respuesta de inmediato, pero por alguna razón, necesitaba oírlo de su boca. No sería real, hasta que ella lo dijera.
- Estoy....- Balbuceó nerviosa- Derek... yo... estoy un poco embarazada- Dijo tontamente, como si por decirlo así, fuera menos cierto.
Derek abrió los ojos sorprendido. Le enterneció la expresión de disculpa de Emily como si hubiera hecho algo malo, cuando en realidad lo acababa de hacer el hombre más feliz de la tierra.
- Bien- Se burló con dulzura, al tiempo que posaba su mano bajo su mentón- Si sólo estás un poco, no hay problema. Mientras no lo estés del todo no tendremos que preocuparnos.
El comentario provocó el efecto deseado, ganándose una sonrisa de Emily.
- Emily, cuando aceptaste darnos una oportunidad, pensé que no habría nada en este mundo que pudiera hacerme más feliz- Puso la mano sobre su vientre- Y ahora te tengo delante de mí, temblando como una hoja y demostrándome una vez más, que me equivoqué.
- ¿Estás bien con esto entonces?- Preguntó tímidamente.
No le respondió, simplemente se inclinó sobre sus labios, y la besó.
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Perdidos los dos en sus recuerdos, los devolvió a la realidad, un pequeño gemido cuyo origen no identificaron en un principio. Miraron a su alrededor, hasta que por fin Emily, clavó su vista en la ventana.
- ¿Derek? - Lo llamó con voz ahogada- Ahí hay un gato.
Derek siguió su mirada y detuvo sus ojos en el gato en cuestión. Era moteado de amarillo y blanco y se paseaba alegremente de un lado a otro. Estaba bastante seguro, por la expresión de Emily, de que no era "un gato", sino de que era "el gato".
- ¿Em?,- Le advirtió con voz pausada sin apartar la vista del felino, que los observaba tranquilamente desde el otro lado de la ventana- No se te ocurra ir a por él.
Por un momento, habría jurado que se burlaba de ellos.
FIN
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EL LEÓN ¿Y LA GACELA? (Un fanfic de Mentes Criminales. Demily)
Fiksi PenggemarDerek Morgan era un león, ¿Pero qué era exactamente Emily Prentiss?. No soy dueño de los personajes de mentes criminales, simplemente escribo sobre ellos por pura diversión. Advertencia de escena de contenido sexual en el capítulo 4.