Me soltaste| f.l

07

Alan regresaba de ir a dejar a casa a una amiga, pasó frente a una tienda y observó a unos chicos con cervezas en mano, una cara se le hizo conocida, pero sabía que podía estar equivocado, siguió su camino hasta llegar a la casa de los Leyva, vio todo apagado, eran las 12 de la noche, así que había la posibilidad de que Israel estuviera durmiendo, al final al siguiente día tenía que asistir a clases, ya que semanas atrás le habían quitado el yeso, sin perder más tiempo abrió la puerta de la casa, fue hacia las recamaras y nada, salió del hogar y subió a su camioneta para ir hacia donde había visto la cara familiar, minutos después estaba frente a la tienda y efectivamente, era Israel, lo observó unos segundos, tocó el claxon y él alzó la mirada, la cual cambió a una asustada, soltó el bote de cerveza, Alan le hizo una señal para que subiera y así lo hizo

—¿Ya comiste?

—No

Encendió el motor, lo llevó a una taqueria, comieron en silencio, lo llevó a su casa, al llegar vio qur Freddy aún no estaba

—¿Y bien? ¿Qué hacías tan tarde fuera de casa?

—Nada

—Israel

—Sólo quería entender a Freddy

—Vete a dormir, mañana tienes que ir a clases

Bajó la mirada y fue hacía su habitación, Alan estaba enojado, no con el menor, estaba enojado con Alfredo y con él mismo por tardarse en tomar la decisión que haría.

Llamó a Iván para decirle que se quedaría a dormir ahí.

Eran las 5 de la mañana y Alan escuchó como abrían la puerta de la casa, después escuchó pasos torpes, supo que era su primo, fue hacía la sala donde observó a su primo tambaleándose

—Bonitas horas de llegada

—Mier-da Alan, me... espan-taste

—Es el colmo

—¿Qué?

—Te di una oportunidad, más de una oportunidad para que cambiaras, pero ya me di cuenta que no será así, por lo tanto, mañana empezaré con el trámite para pelear por la custodia de Israel

—No pue-des ha-cer eso

—Claro que puedo, estoy muy bien informado y tengo todas las de ganar.

La borrachera a Freddy se le bajó en ese instante

—No me puedes quitar a mi hermano

—Claro que puedo y lo voy a hacer

—Es lo único que tengo

—Y no te importa ¿sabías que hoy estaba fuera de casa a las 12 de la noche?

—Es un adolescente

—Estaba tomando, tratando de entenderte, según sus palabras. Te dije que lo estabas dañando, pero te valió. Lo lamento José, pero vete despidiendo de él

—Alan, por favor.

—¿Por favor, qué? Alfredo, te vale tu vida, te vale dañar a las personas de tu entorno, siempre te lo dije, te dije que Israel estaba mal, pero no reaccionas y yo no voy a dejar que lo sigas destruyendo, él no lo merece. Espera la demanda

Tomó las llaves de su auto y salió de esa casa escuchando como lo llamaba su primo.

Alfredo sabía que su primo no estaba jugando, no quería que lo separaran de su hermano, sabía su culpa y no lo quería perder.