II

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Tío Berni se dio cuenta, se dio cuenta de cuanto me gustabas y empezó a bromear conmigo sobre eso cada vez que lo recordaba.

Recuerdo que teniendo quince años mis experiencias amorosas eran pocas, por no decir nulas, y mis mejillas se teñían de rojo debido a la vergüenza que tío Berni me hacía pasar.

Nos volvimos amigos, tú seguías yendo a la cafetería todos los días, mis ojos brillaban cuando te veía; eso lo supe porque tío Berni me lo dijo, también me dijo que a ti te pasaba lo mismo.

Yo le creí, sin darme cuenta que como yo te miraba tú también mirabas así, pero no era a mi.

Un consejo de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora