VII

72 5 0
                                    


Fuimos uno.

Me entregué a ti en cuerpo y alma.

Adoré cada una de tus curvas, de tus lunares e imperfecciones.

Amé los sonidos que emitías, la sonrisa que me dabas y las cosas que decías.

Pensabas que borraba la marca que los besos de él habían dejado en ti; en cambio yo, creía escribir algo nuevo sobre las marcas que habían en ti, llené los espacios vacíos y juré no perderte otra vez.

No me importaba ser el segundo, el cuarto o el quinto, me conformaba con ser el último en tu vida.

Pensé que serías eternamente mía.

Pude comprobar algo más: tu cabello olía a chocolate, endulzaba mi vida, embriagaba mi alma.

Un consejo de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora