Un consejo de amor.

XV (Final)

Hubo, durante un tiempo, una chica a la que amé, una chica a la que le entregué mi corazón sin meditar las consecuencias, una chica que, al igual que otras personas, había desarrollado una dependencia.

Pero no era hacia mi.

Luché mucho, me importaba poco cuanto daño me estaba causando, pensaba que tenía un fin y quería lograrlo.

El resultado no fue el esperado:  salí lastimado pero sin ella. La tuve durante un corto periodo, aunque, pensándolo bien, creo que nunca la tuve, ella nunca fue mía.

El tiempo pasó y con eso me llegó la decepción, la decepción de que nunca me buscó, la decepción de darme cuenta de que ella nunca me amó.

Crecí, no solo físicamente, sino mental, espiritual... Creció mi alma y con eso mis ganas de volver a amar. Y entonces fue ahí cuando la conocí a ella.

Su nombre hace referencia a lo que ella hizo con mi vida, me envolvió en su aroma y entonces supe que de allí nunca saldría. Su nombre es Jazmín.

Y hoy, después de mucho tiempo, les cuento que me encuentro enamorado y siento, totalmente, que esta vez es la correcta.

Después de chocar más de una vez contra una realidad que no me gustaba, pude romper las murallas y hoy ser feliz, porque la dejé ir, porque ella no era para mi....

Y, aunque hoy admito sentirme pleno, nunca saldrá de mi cabeza que pude haber sido, que pude haber sido yo el que estuviera a su lado, que pude haber sido el que secara sus lágrimas y la llenara de sonrisas, que pude haber sido yo si, tan solo, Ellie me hubiese pedido un consejo de amor.