— ¡Estamos llegando! — exclama el capitán del barco.
Mis ojos se abren lentamente al oír su voz, no quiero despertar a pesar de que estamos por llegar.
— Vamos Zafer, despierta — me dice mi compañero de viaje.
Es increíble que llevo años con este nombre falso, años de mentirme a mi mismo con esta identidad, y todavía soy incapaz de reconocerme a mí mismo como tal.
— Estoy despertando Magner — comento a mi compañero de cabello negro y de prominente barba.
Magner ha sido mi compañero desde que zarpamos hace unas semanas de Constantinopla, gracias a la revolución decidí volver a Arendelle, mi hogar.
Estoy ilusionado con regresar a mi patria, han pasado años desde que me marché con mi padre a tierras Otomanas. Me fui abruptamente de Arendelle, no pude despedirme de la mujer que más amo en este mundo: una muchacha de sonrisa angelical y de cabello rojizo tan bello como el atardecer, no ha pasado un día que no haya pensado en ella.
— Zafer, vamos abre los ojos, estamos llegando.
— Sé que estás entusiasmado por tocar tierra firme Magner, entiendo que quieres volver a Agder, tu tierra natal, pero abrir mis ojos no hará que lleguemos más rápido, además, estoy en proceso de meditación.
— Lo que tu digas, te volveré a avisar cuando el barco haya llegado.
Pasaron los minutos y finalmente Magner me avisó que el barco había atracado en el puerto de Arendelle.
Todas las personas presentes se alegraron al llegar a Arendelle, para muchos esto significaba una nueva vida, muchos perdieron sus familias, sus empleos, sus amigos producto de la revolución.
Inesperadamente ingresan soldados de la guardia real al barco donde nos encontramos, puedo reconocer esos uniformes verdes, los mismos que utlizaba mi padre.
— ¿Motivo de llegada a Arendelle? — me pregunta uno de los soldados.
— Comercio — digo sin titubear.
— ¿Tiene algunos productos con usted?.
— — Así es — saco de mi equipaje que está a mi lado, una pequeña bolsa, la abro para que pueda ver el contendio de éstos. Puedo ver el rostro del soldado al ver todas estas joyas: diamantes, anillos, zafiros y rubíes.
— Todo en orden — me indica el soldado — bienvenido a Arendelle.
Después de la inspección realizada a cada uno de nosotros, es tiempo de despedirme de Magner, muchos no pretenden establecerse en Arendelle, muchos quieren ir más al norte.
— Te extrañare Zafer.
— Y yo a tí Magner.
Después de un gran abrazo, él siguió su camino; mientras que yo, pretendo buscar un lugar donde vivir, el dinero no es problema, traigo mucho oro conmigo, todo gracias al comercio.
Este lugar ha cambiado mucho, puedo ver el desarrollo del pueblo, las calles, las casas y la vestimenta de su gente me hacen notar que llegué en un buen momento para realizar negocios.
Doy unas vueltas por el puerto, pero algo me detiene: El castillo, mi corazón no deja de latir, la bella mujer de cabello rojizo debe estar allí, sé que está viva, las historias de cómo Elsa trajo el invierno eterno a Arendelle llegaron rápidamente a tierras Turcas.
Muchas personas miran mi atuendo al caminar, es entendible, las telas negras y con botones de oro que conforman mi traje llama mucho la atención, pudiendo ser confundido fácilmente con un Sultán.
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— Felicidades señor Zafer, sé que esta pequeña casa le será de su agrado — me dice la señora Olsen, una anciana de baja estatura que vive junto a su marido.
— Espero que esté muy cómodo aquí — aporta el señor Olsen.
— Estoy agradecido con ustedes por recibirme, prometo que pagaré mi alquiler en los plazos establecidos.
— Debes estar muy cansado, ven, come con nosotros, se está haciendo de noche y necesitas descansar — dice la señora Olsen.
— Sería un placer compartir con ustedes en su hermoso hogar, muchas gracias.
La comida estuvo excelente, fue un delicioso Smalahove, no podría comer ni un bocado más.
— Dime Zafer — el señor Olsen intenta iniciar un tema de conversación — ¿Que motivos te trajeron a Arendelle?.
— Vine aquí por qué mi patria está viviendo un periodo de revolución, el sultán Selim III ha sido derrocado y preferí escapar, no era una buena idea para mis negocios estar allá.
— ¿A que te dedicabas? — pregunta la señora Olsen.
Esta siempre ha sido pregunta difícil de responder, formalmente era comerciante, pero en mis tiempos "libres", gracias al entrenamiento de mi padre me dediqué al negocio de caza-recompensa, mis principales víctimas eran los guardias jenízaros del Sultán.
— Vendedor de joyas — respondo de manera seria.
Hay un pequeño silencio entre nosotros. La señora Olsen toma la palabra:
— Bueno, ya es tarde, será bueno que descanses Zafer, ven, te llevaré a tu habitación.
Me levanto después de dar las gracias por la exquisita comida que preparó la dueña de casa, la señora Olsen me guía amablemente a mi nueva habitación.
Este día comenzó de buena manera, queda menos para reencontrarme con mi viejo amor.
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De Regreso A Casa (Anna x Male Reader)[Historia Cancelada]
FanfictionHas vuelto a Arendelle bajo una nueva identidad, anhelas encontrarte de nuevo con el amor de tu vida, pero no será tan fácil.