De Regreso A Casa (Anna x Male Reader)[Historia Cancelada]

Anna x Male Reader (Capítulo 7)

— Ya llegamos — interrumpe Anna mis pensamientos.

Cuando volví de mis recuerdos, me di cuenta que estabamos en el puente que cruza al castillo.

— Lo siento mucho Anna, estoy un poco distraído.

— No te preocupes, disfruté mucho caminar a tu lado, contigo me sentí a gusto, no me había sentido tan protegida desde hace… mucho tiempo — dice Anna sin soltar mi brazo.

— Es tarde, creo que deberías entrar, se preocuparán por tí.

Pude notar como lentamente soltaba su brazo y su rostro adoptaba una ligera tristeza.

— Bueno… te veré de nuevo, tengo el presentimiento de que nos volveremos a ver.

Inesperadamente besa mi mejilla en señal de despedida.

No pude evitar sonrojarme, sus húmedos labios rozando mi piel hicieron aumentar mi ritmo cardíaco. Veo a Anna que no se ha movido, impresionada de su actuar.

Da media vuelta y corre directo al castillo, dejándome solo, parado e impresionado.

Una leve sonrisa aparece en mi rostro, poco a poco estoy recuperando el tiempo que perdí con ella.

Camino en esta fría noche, la temperatura desciende cada vez más, será mejor regresar a la casa de la señora Olsen.

Regreso al punto donde se originó todo esto.

Continuo mi recorrido con total despreocupación, presintiendo unos pasos detrás de mí, me desconcierta.

Intento voltear, pero recibo un fuerte impacto en mi rostro, haciendo que caiga estrepitosamente al suelo.

Al tratar de recuperar la visión, recibo una patada que me hace rodar por todo el piso.

Me siento adolorido, con mis fuerzas intento ponerme de pie. Distingo a dos personas enmascaradas, visten de traje rojo con capucha.

—¡¿Quiénes son ustedes?! — grito a los sujetos.

Uno de los hombres se acerca unos cuantos pasos.

— ¿Creíste que podrías esconderte de nosotros?, eres tan predecible "Zafer", es patético que te ocultes, tu cuerpo y tu alma nos pertenece, ese era el trato.

— No tengo idea de lo que están hablando, yo no se nada.

Enseguida el segundo hombre enmascarado toma del hombro a su compañero.

— Vámonos, él realmente no lo sabe, pero lo sabrá.

Antes de marcharse, dirige la palabra hacía mí:

— Cuestiona todo lo que crees saber Zafer, nada es lo que parece, te daré una pista: tu padre. Cuando creas haber descubierto la verdad, vendremos por tí, supongo que tendrás muchas dudas que merecen una respuesta.

Como por arte de magia, los dos hombres se desvanecen.

Doy una cachetada en mi mejilla para asegurarme de que esto no sea un sueño.

Este día ha sido muy raro, anhelo llegar a mi cama para dormir y así despejar mi mente.