Señorita Rosa.

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Cancer.

- Liz? Quieres salir conmigo?

- Eh? - mi cara comenzó a harder de la vergüenza y mi corazón nuevamente se aceleró un montón.

- EY! DIEGO!- Fani salió al balcón con nosotros, tenía su copa en la mano.- Dime... tus amigos... están disponibles o qué? Son muy guapos, no?

- Claro, ve y hablales. Los invité especialmente para ustedes.- le sonrió con mucha gracia.

- Gracias...- dijo Fani como susurrando.

Antes de ese momento no me había fijado que en realidad SÍ eran un par de chicos bastante atractivos, pero Diego me tenía en sus manos.

- No me has respondido, Lizi... Quieres?

- P-pero... Tu eres mayor y yo aún no cumplo la mayoría de edad... Y voy al colegio, tu tienes tu propia empresa y eres multimillonario y...

- Y qué?

- Además que nos conocemos hace muy poco... Será mejor esperar?

- Por mi bien... Solo espero estar para el momento en que te sientas lista- volvió a dedicarme esa sonrisa que me llena el pecho.

Nos miramos fijo a los ojos, sentí una conexión especial, algo nuevo. Sus ojos me atrapan. Sus labios. Su expresión. Su estilo. Todo.

- Así que... "Señorita Rosa", eh?- aparté mi mirada para mirar el trago.

-  Te gustó?

- Si, harto.

- Entramos?- estiró su brazo, invitándome dentro.

Entramos al salón donde estaban Fani y Katy. Hablaban con los dos chicos. Estaban todos de pié junto a la barra, reía harto.

- Ey, qué pasa acá?- dijo Diego  al tiempo en que se acercaba a la barra.- están bastante animados

- Tus amigos son muy entretenidos...- dijo Fani, mirando al de los tragos de pies a cabeza, dijo esto con un tono sensual.

- Vaya, vaya... Quien lo diría?- rió Diego.

La noche se pasó entre risas y tragos. Diego tenía varias consolas de juegos y aún más titulos para estas. En esta ocación optamos por jugar "Just Dance". Pusimos como regla que era obligación que todos jugasemos. Así que lo hicimos al asar.

Cada uno escribió su nombre en un papel y lo dejamos en un vaso. Diego tomó el vaso, lo ajitó y sacó un papel.

- Salió... Katy.- dijo mirandola.- ahora saca un papel y veamos con quien bailas.

Katy se paró y sacó otro papel, lo desdobló y...

- Diego. - dijo risueña.

Y así pasamos la noche. Llegaron las 4 de la mañana y ya estabamos muy ebrios y cansados. La chica que nos abrió la puerta estaba ordenando y limpiando cada cosa que alguno tocase. Mi pregunta frecuente en mi mente era si no se cansa de tanto ordenar y atender a un grupo de jovenes.

Entonces no pude contener mas y...

- Diego...?- le dije- podrías llevarme al baño?

- Si, claro... Ven.- tomó mi mano y me ayudó a levantarme.

Caminé con algo de dificultad hacia el baño. Este estaba dentro de su pieza, aún cuando pudo preferir el de visitas, al comienzo del pasillo.

- Diego... No estás ebrio?- mis pensamientos y razonamiento no estaban en su mejor estado.

Una Chica Como Muchas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora