Cap.2

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La emoción, la adrenalina bombardeaban su cuerpo, que con gran velocidad corría en busca de su progenitor para entrega tan anciana noticia; pensar que nadie había visto de frente a tan feroz bestia, como lo era la furia nocturna y vivido para contarlo, era lo más sorprendente de este hecho.

Con esto, todo cambiaría para mejor, se ganaría su lugar como vikingo y como hijo de un padre orgulloso, nadie lo volvería a molestar o a menospreciar como era habitual. Solo era cuestión de encontrar al mayor, que extrañamente aún que la aldea no era tan grande no lograba divisar de entre todas las personas que corrían apresuradas a apagar el fuego de sus hogares.

Papa! — Gritaba con la esperanza de que diera señal de su paradero, pero mientras caminaba apresurado por cada rincón que el caos me permitía llegar. —Papa!, ¿en dónde podrá estar? Pa...— Me precipite creyendo de espada para el suelo, pase mi mano por mi rostro el cual recibió todo el impacto, como consecuencia de mis apresurados pasos no puse mucha atención a ver que había enfrente de mí, pero cuando levante la vista con un ligero gesto de dolor y enojo, enseguida los colores en mi persona se desvanecieron por completo.

Pues para mí mala suerte, frente a mí se encontraba la segunda bestia más temida de toda la isla, la pesadilla monstruosa, un animal que llegaba a ser tan mortal que como formidable.

Y yo tenía la fortuna de topar me, el cual posaba su vacía mirada a mi escuálido cuerpo, lanzando un rugido que hasta el mismo Odín hubiera considerado temible, provoca que me petrificada del miedo, sin oportunidad de defenderme y en el momento en que sería presa de las fauces del dragón.

 —cuidado! — Fui sujetado del brazo evitando el mortífero aliento de fuego que en mi lugar tomo presa a uno de los graneros de las ovejas, que por consecuencia salieron despavoridas intentando escapar en distintas direcciones.

Con algo de sorpresa mire a mi padre quien me tiraba del brazo, casi a rastras para salir de la percepción del dragón.

 —no te muevas— Me ordeno, soltando me el brazo, que claro yo no tuve tiempo de protestar a ello por qué de inmediato se dirigió hacia la imponente bestia, está en busca de intimidar al mayor, soltó un ensordecedor rugido acompañado de un manto de llamas cubriendo su cuerpo completamente como si de una advertencia se tratara más allá de un ataque; Stoiko se inmutó ante tal advertencia por el contrario con el gran martillo en su mano le propina certero golpea la mandíbula.

El animal no tuvo tiempo a contra atacar porque enseguida recibió otro golpe que lo dejo desorientado de sobremanera e inmediatamente este retrocedió tomando vuelo, alejándose de una batalla que no podría ganar.

Me acerque a mi padre al notar que ya no había peligro, así era ya que el ataque parecía haber acabado puesto que los dragones se retiraban y con ellos algo del ganado junto con la pesca.

 —l-lo lamento, papá. — Mencioné con el de espaldas, que después de unos segundos se dió la vuelta, dirigiendo me, esa mirada que me hacía sentir fatal, que me hacía arrepentirme de haberme levantado esa mañana como secretaria que ese sentimiento de decepción en su mirada se convirtiera en otra cosa. —pe-pero derribé a un dragón— Le dije tratando de arreglar mi error.

 —hay!, Hipo— Exasperó el mayor cansado e irritado tomando camino contrario al muchacho, Hipo lo siguió persistente.

 —lo digo enserio!, callo en alguna parte del bosque, vamos a buscar lo para qu-...— Sorpresivamente lo tomo por los hombros de manera firme y algo agresiva.

SOMOS DIFERENTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora