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Aves enjauladas Capítulo 3 : Enemigos

Habían llamado la atención. Habían llamado la atención de aquellos que estaban más arriba, y en un nivel que era bueno, ese había sido el plan. Ellos necesitan atención, si se quería tener ningún efecto sobre la organización en absoluto. Shiho solo deseó que no hubiera sido la atención de Vermouth la que habían atraído. De todos los miembros de mayor rango que podrían haber atraído el interés, Vermouth era posiblemente el más peligroso. Shiho no podía predecirla, no sabía lo que quería, nadie lo hacía realmente, y eso hacía que tratar con ella fuera como jugar con fuego incluso para aquellos que eran leales.

Ella entró, todo encanto venenoso, y agendas ocultas, y tomó casi todo lo que Shiho tenía, solo para evitar estremecerse. Shinichi no tenía tales problemas por supuesto, pero luego, no tenía idea de con qué estaba lidiando. Él aprendería. Aunque en este punto Shiho estaba teniendo serias dudas de que Shinichi tuviera el sentido común de tener miedo cuando debería, así que tal vez saber y no saber no importaba.

Vermouth entró por la puerta, un lobo hambriento disfrazado de oveja bonita, y era hora de que los dos jugaran al fuego.

Ella habló con Shiho primero, después de todo, Shiho era miembro, con su propio nombre en clave, se esperaba cierta cantidad de respeto, y Vermouth vivió bailando según las expectativas de la gente, hasta que no lo hizo. Ella habló con Sherry primero, pero por supuesto que era Shinichi a quien había venido a ver. ¿Qué uso tendría Vermouth para un científico? Sin embargo, un detective que era un conjunto completamente diferente de habilidades útiles, y entre otras cosas, Vermouth realizó investigaciones internas. Tal vez no debería haber sido tan sorprendente que las cuidadosas manipulaciones de Shiho la hubieran atraído.

"Buenos días, Sherry, cariño." Dijo, con todos los cumplidos correctos, y sin un indicio de sus verdaderas intenciones, de lo que realmente quería. Shiho se preguntaba a veces si Vermouth incluso se conocía a sí misma.

La única pregunta que quedaba era si ella creía en la máscara, o simplemente estaba jugando con ellos, jugando con ellos como un gato con un ratón, como una pitón que ya tiene a su presa enredada y sabe que su víctima ya está muerta. , simplemente no tiene el sentido de darse cuenta todavía. No había forma de saberlo. No había forma de comenzar siquiera a desentrañar las capas de máscaras que Vermouth había tejido para sí misma, por lo que tendrían que continuar como si no las hubiera visto a través de ellas, tendrían que contener sus nervios, porque qué otra opción tenían.

...

Shiho había sido cuidadoso, tan cuidadoso al girar su telaraña. Simplemente ofrecer información era más que sospechoso, el truco, la habilidad, era hacer que pareciera que quería algo, equipo, recursos, tiempo con las grandes máquinas que se compartían con los otros científicos en la base. El truco era ofrecer otras cosas primero, antes de ofrecer la experiencia de su prisionero como moneda de cambio. Para hacer que parezca que Shinichi fue una idea de último momento, solo otro recurso para ella.

"¿Y honestamente esperas que crea que lo hará, que sea sincero con sus deducciones, que trabaje para ayudarnos ?" Port se había mostrado interesado pero escéptico, demasiado científico como para no buscar razones, incluso si la idea de descubrir quién había estado robando el presupuesto de su proyecto era tentador. Sherry se mantuvo fría, confiada, desinteresada y tan arrogante como todos los científicos de la organización. Muéstrales lo que esperan ver, siempre, muéstrales Sherry, Shiho no es para ellos.

"Él lo hará. Está aburrido de su mente, y le gustan los rompecabezas. Y sabe más que decir mentiras fácilmente detectables cuando está en mi poder ". Port no era estúpido, pero eraarrogante, y Shiho sabía cómo tratar con él. Siempre fue más fácil convencer a la gente de que, en el fondo, las demás personas eran esencialmente lo mismo que ellos, y Port era lo suficientemente inteligente como para comprender el aburrimiento, la necesidad de un acertijo y no tener la bondad de preocuparse por las consecuencias.