☄ Capitulo 2 ☄

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Paz era un completo caos.
Todos sus habitantes reflejaban temor en su mirada y tristeza en sus rostros.
El numero de desaparecidos cada vez incrementaba.
Los gobernadores de Paz no sabian que hacer al respecto.

En su mayoría, renunciaron a sus cargos por la presión que los familiares de desaparecidos ejercían sobre ellos.
Además, los alimentos cada vez eran más escasos y difíciles de producir. Las máquinas estaban comenzando a fallar.
Por si fuera poco, los hogares de algunos habitantes habían comenzado a desmoronarse.

Varios investigadores y voluntarios habian tratado de hallar a las personas perdidas, pero la busqueda fue en vano.
Se habían esfumado sin dejar rastro alguno.

La ciudad, que contaba con 1021 habitantes, ahora solo tenia a 22 personas en ella.
En su mayoría jóvenes alrededor de los 18 a 25 años.

Esa mañana, una persona mas habia sido reportada como desaparecida, alrededor de las once de la mañana.
Su fotografia fue colgada en el mural ubicado en el centro de la plaza de la ciudad.
Entre las varias personas que se encontraban ahi, una en especifico se mostraba realmente alarmada.

Andrew Loug, el gobernador de la ciudad, se encontraba rodeado por el resto de personas en la plaza.

- Señor Loug, ya han encontrado a los desaparecidos? - pregunto una mujer, cuya apariencia la hacía lucir de 30 años. Lucía un atuendo de color azul oscuro, característico de los canales televisivos oficiales de Paz.
- No hemos tenido suerte- contesto severamente- Sin embargo, haremos nuestro mejor esfuerzo para hallar a los desaparecidos y reacomodarlos en la cuidad.- Loug se vio interrumpido abruptamente.

- Vaya señor Loug, es la duodecima vez que lo escucho decir eso- resopló una chica de cabello intensamente negro y ojos grices.
El señor Loug hizo un gran esfuerzo para esconder su cara de disgusto y la miro con desaprobación.
- Como osas responderle al gobernador, Catherine- contestó indignado.
-Con todo respeto, Señor Loug, usted no es mas importante que mi persona. Aunque sea el gobernador ambos merecemos el mismo trato.-  expresó Cath desafiante. -y nada de lo que he dicho es falso.

El gobernador simplemente la fulminó con la mirada y regresó  su atención hacia la mujer con quien antes hablaba.

-Usted sabe lo que sucederá. Va meses buscando a los desaparecidos- dijo aquella rebelde chica antes de retirarse de la plaza.

Observó el mural central de la ciudad.
Casi estaba lleno.
Cath escrudiñó la nueva foto que había sido agregada al mural.

La desafortunada desaparecida era Amelia Oremore, una chica que vivia muy cerca de su hogar.

Al vivir en una ciudad cuyos límites estaban marcados por muros y las salidas de la misma eran restringidas, todos los ciudadanos conocian a las personas  a su alrededor.
O almenos, habían tratado con el resto alguna vez.
Todos eran cercanos y amigables entre si.

Amelia Oremore era su mejor amiga.
Cath sonrió de forma triste, y recordó las ultimas palabras que habia dirijido con Amelia, la noche anterior a su desaparición.

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Como todos los Viernes después de clases, Amelia y Cath volvían a casa juntas.
Permanecían en casa de Cath hasta las seis de la tarde.
Solían hablar de diversos temas en la sala de estar.
Esta vez, el baile de Abril; celebrado en el mes en donde antiguamente ocurría la primavera.
Y sobre Jack Cloud, el chico del que Amelia estaba enamorada.
Un chico al parecer inalcanzable, ya que rechazaba a cada chica que gustaba de el.

- Debería invitarlo al baile? - Amelia había terminado de tomar una bebida
- No lo se Am, sabes como es el
-Lo se, imposible - resopló de forma triste mientras miraba la ventana.
- Correcto - se limitó a responder Cath
-Aun asi, Lo intentare Cath.
Este es el último baile que tendremos en mucho tiempo.
Si es que no lo cancelan por las desapariciones.-

Amelia sonrio, se levantó del sofá en el que había estado toda la tarde con Cath y camino hacia la puerta con una mirada decidida.

- Le confesare a Jack lo que siento por el. Deseame suerte- dijo sonriendo, antes de desaparecer.

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Cath continuó caminando. A lo lejos vio al mismo Jack, dormido sobre un arbol artificial.
A pesar del atraso tecnológico de la guerra, el gobierno se las habia arreglado para que las personas tengan una vida normal.
Prácticamente todo a su alrededor era artificial.
Las plantas, animales domesticos, incluso sus alimentos eran fabricados por grandes maquinarias, ya que la tierra era arida y no producia ningun fruto de ella.
El planeta parecia no tener el ambiente para que otra especie a excepción del ser humano la habite.

Cath nunca habia visto a un animal real.
Siquiera una mosca. Absolutamente todo a su alrededor era fabricado por maquinas sin las cuales no podrían sobrevivir.
En los ultimos meses, la falta de recursos era cada vez más evidente.
Si las maquinas continuaban siendo la fuente de vida del ser humano, este también se extinguiría proximamente.

Aquel árbol en donde Jack dormía, le recordaba a la mentira en la que vivía.
Nada era real.
Aveces, temía que las personas también fueran artificiales.
Que incluso, ella fuera artificial.

Se acercó mas al chico.
Hace mucho tiempo que no se había aproximado a él.
Jamás lo habia visto en un estado tan vulnerable.
Sus ojos cerrados lo hacían  lucir irremediablemente tierno.
Cath pensó que era lindo, y se retractó inmediatamente al recordar como todo lazo entre ellos se había esfumado,  hace ya mucho tiempo atrás.
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Till the EndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora