Algo jalaba mi cabello, pero lo hacía de una manera suave, con paciencia y delicadeza. Abrí mis ojos y lo primero que encontré en mi campo visual fue a Jackson, acariciando los mechones que caían en mi rostro. Su mirada era dulce y su sonrisa se curvaba en forma de "v". Me giré mejor para quedar frente a frente, apoyando la cabeza en mi mano.
—Bueno días, bonita —dijo apacible, continuando con su acción.
—Buenos días, guapo —respondí estirandome a la vez que bostezaba.
—¿Cómo dormiste? Yo de maravilla, me sentí tan bien teniéndote a mi lado —habló sin darme tiempo de contestar.
—Dormí como bebé —admití. Me aproximé para depositar un casto beso en sus labios. El cerró sus ojos y llevó sus manos por mi espalda—. Me encanta como tus brazos me estrechan.
—Me encanta que te encante —Sonrió como un bobo.
—Debo levantarme para ir al trabajo —Intenté zafarme de su agarre pero lo aseguró ejerciendo mayor fuerza.
—Cinco minutos más —pidió frunciendo los labios. Desistí y disfruté de la calidez de su cuerpo. Acaricié su cabello y me dediqué a oler detrás de su oreja el aroma a... ¿avellana y miel? Juraría que sí.
Podría pasarme el día completo de esta forma con Jackson, pero debía levantarme obligadamente. Logré persuadirme de sus brazos y fui al baño a asearme. En tanto, Jackson se ocupó del desayuno.
Faltantando poco más de una hora para que comience mi turno en el trabajo, salimos en dirección a mi departamento, pues necesitaba ropa fresca, no podía volver con la misma del día anterior. Tomamos un autobús en dirección a la cosmética y bajamos a mitad de camino, esta vez fue mi turno hacer de guía. Finalmente llegamos al edificio. Se notaba a kilómetros lo emocionado que estaba Jackson por conocer mi hogar. Subimos por el elevador hasta el sexto piso y encaminamos por el pasillo hasta la puerta enumerada con el "7". Saqué las llaves y dejé que pasara primero. Oí sus exclamaciones mientras me encontraba cerrando.
—¡Claairee —chilló—, vives en un sexto piso y tienes una ventana! ¡Mira esa vista!
—La veo todos los días, Jackson. De todas formas no se compara con tu maravilloso balcón.
—Ay, qué dices... —bufó a la vez que se echaba en el sofa.
—Ponte cómodo, justamente como estás haciendo, iré a preparar mis cosas —dije caminando a mi habitación.
—¡¿Me pasas el wi-fi?! —gritó desde la sala, en tanto yo me cambiaba de ropa.
—¡LA CLAVE ESTÁ EN LA NEVERA! —dije lo suficientemente fuerte. Casi caí enredándome las medias en los pies.
El silencio se apoderaba de la casa, nada provenía de la sala, al parecer podía entretener a Jackson con Internet por un rato. Me ocupé en maquillar un poco mi rostro y buscar una chalina. De pronto la puerta se abrió dando paso a Jackson, quien entró como si nada.
—¿Sabes que tienes que pedir permiso?, esta es mi casa —dije mirándolo a través del espejo de la pared.
—Linda habitación —halagó, haciendo caso omiso a lo anterior—, pero la cama es muy pequeña.
—Es una plaza y media para una persona que vive sola, genio —expliqué sarcástica.
—Y hasta hace poco, soltera...
—Uy, lo siento, señor "tengo dos plazas y he llevado muchas chicas a dormir a mi departamento" —bromeé.
—¿Qué estás diciendo? —contestó enojado—. Yo no soy esa clase de hombre. Y, pensándolo mejor —Acortó la distancia, pegando su torso a mi espalda—, no importa el tamaño de la cama o el lugar —prosiguió susurrándome al oído—... más bien importa la persona con quien estés —Y, me besó el cuello, dejando un rastro húmedo. Un jadeo involuntario se me escapó.
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Helado para Dos ~ [Jackson Wang] TERMINADA
Historia CortaA veces, para cambiar la dirección de tu día, tan sólo debes darte tiempo y tomar un helado, o dos. ??? #29 en "Wang" (04/09/18) Mini historia. Creación propia sin adaptaciones o continuaciones. 09.03.18 ✨ 04.09.18