«Primera Vez, Inexistente-Efímero»

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Kouki se observa en el gran y lindo espejo que tiene en su recámara, no puede evitar despegar sus ojos de sí mismo, de lo que es ahora.

Un chico cambiado, es él mismo pero de una forma u otra se siente como otra persona.

Desnudo, observa sus caderas, tienen marcas de dedos que lo han marcado en lo más profundo.

Su cuello esta lleno de chupetes y marcas de mordidas, su pecho está rojo de los miles de besos.

Sus labios están morados e inchados, puede sentir sus piernas débiles, su trasero adolorido y sus caderas flojas.

Sus orejas siguen rojas y sus ojos también lo están un poco, su cabello está hecho un completo desastre, mira sus dedos atentamente, tienen marcas de mordidas como si se hubiera hecho daño para no gritar, para callar sus gemidos.

Su espalda tiene marcas de dedos profundos y un par de grandes manos, sus nalgas tienen mordidas al igual que el interior de sus muslos.

Sus pies son la única parte de su cuerpo que está fuera de alguna marca pero no se han librado del placer de la noche anterior.

Se analiza una vez más en ese lindo y gran espejo, su cuerpo grita "Akashi Seijuro" y al pasar sus ojos otra vez por su cuerpo solo puede sonreír de felicidad.

Maldición, piensa en voz alta.

–Hice el amor con Seijuro.

El dolor de caderas y sus piernas de gelatina no son impedimento para saltar de felicidad, la tarde y noche anterior han sido inolvidables, maravillosas.

Gira feliz alrededor del espejo, analizandose por milésima vez, todo lo que su amado pelirojo le a hecho en un descontrolado y desenfrenado acto de amor.

El gran espejo que Akashi le obsequio por fin sirve de algo, semanas atrás Seijuro había entrado a su cuarto y le regaño por tener un espejo tan viejo y opaco.

Tres horas después tenía un espejo nuevo colgado en su pared.

Akashi lo mimaba demasiado, el podría acostumbrarce.

Aún no le cabía en la cabeza como es que un tipo tan atento y dádivo como el había podido ser engañado.

Si pudiera regresar el tiempo atrás, él seria el que hubiera aventado las rosas a ese tal Chihiro.

Bastardo, holgazán, inútil, no merecía el amor de Akashi Seijuro.

De su Akashi Seijuro.

Suspirando y casi a fuerza se dio un baño, aún quería el aroma de Akashi en su piel.

Pero no importaba, cuando Akashi llegara de su trabajo y lo fuera a visitar esa tarde habría más tiempo de hacer el amor otra vez.

Y tal vez, sólo talvez por fin el pelirojo le pediría ser su novio, le presentaria a sus amigos y comenzarían algo hermoso.

Total, él ya estaba enamorado del mayor.

Le diría a todo que si.

Feliz, tomó una larga ducha.

Sin imaginar que hasta ahí duraría su felicidad.

×

Akashi no le respondió a sus mensajes, no lo llamó esa tarde y tampoco se apareció en su casa el resto de la semana.

Sus hermanos le preguntaron por el y Kouki solo respondió que su "amigo" tenía deberes que terminar.

Una semana llevó a dos y cuando Akashi volvió a aparecer a su vida y a su puerta no se disculpo ni mencionó su primera noche juntos.

«El Chico De Las Flores» [Akafuri] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora