Akashi miró su reloj por milésima vez en el día, su pie bajo su silla no deja de pisar repetitivamente el suelo de mármol y sus dedos repiquetean con sonidos huecos la madera caoba de la mesa de su escritorio.
Uno, dos, tres, cuatro...
Los segundos pasan rápido y los minutos le siguen, él no a parado de contar, las horas y los días pasan lentos y es una tortura que sea así pensando que ya no tiene a Kouki con él.
Lo jodio todo, se dice.
»Lo tenía y lo deje ir«
Piensa disgustado, por primera vez después de casi 2 años en el que se entero que era engañado su corazón vuelve a doler desesperado y agonizante.
De alguna manera, está vez duele más y en el fondo de su conciencia sabe perfectamente que es porque ahora si estaba más que colado por ese chico castaño.
Los días ya no tienen color y no lo supo hasta hace exactamente 2 semanas atrás, donde se entero por boca del mismisimo Kouki que estaba enamorado de él.
La verdad era que no supo que decir, ver al castaño llorar le había afectado de una manera distinta y decía distinta porque tiempo atrás lo había visto sollozar y gemir pero era algo totalmente diferente de la tristeza, piensa, tratando de no tener una ereccion al pensar en el menor desnudo y montandolo.
Ver a Kouki llorar lo hizo darce cuenta que él era el problema, él lo daño con sus tratos distantes, con sus tontas y planeadas acciones y sobre todo su falta de palabras, su falta de verdad, porque sí, nunca le dijo lo que el verdaderamente sentía.
Y lo segundo más problemático era ver su venda y sus propias mentiras caer justo ahí, en medio de la sala adornada con muchos colores iguales a la sonrisa de Kouki, en medio de cajas abiertas por desempacar.
Seijuro estaba enamorado de Kouki pero él mismo simplemente ya no quería volverce a enamorar, se negaba a darlo todo otra vez, a abrir su corazón, a entregar todo sin secretos y regalar sus sentimientos, se negaba a ser dañado de la manera en que lo lastimaron, a ser engañado por la persona que estaba tatuada en tu corazón.
Akashi tenía miedo.
Pero muy fácil era la respuesta al preguntarce que haría, difícil era dar rienda suelta a su corazón y llevar acciones a cabo para que todo ese dilema amoroso se resolviera.
Aún tenía dudas, muchas en verdad pero todo, todo pasaba a un segundo término cuando se trataba de algo en relación con Kouki y aún más teniendo el conocimiento que lo había lastimado, tan o peor que cuando lo hicieron con él.
Aún no estaba hecho para volver a iniciar otra relacion y menos cuando había salido de un engaño por la persona que imagino que era como su "media naranja".
Él podía ceder, difícilmente pero sabía que podía hacerlo, sabía que podía empezar una verdadera y sana relación pero lo que también sabía y le... Asustaba era enamorarce más de lo que ya estaba por el pequeño florista y descubrír cualquier clase de traición por su parte.
Sabía perfectamente que está vez no lo soportaria, no si era su Kouki.
Y asi, por sus miedos no lo había buscado en todos esos días, ni un mensaje, ni llamada, tenía que poner una distancia si no quería ser alcanzado por los sentimientos humanos y hermosos del menor.
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«El Chico De Las Flores» [Akafuri]
عاطفيةKouki solo tuvo un mal día en su trabajo como repartidor de flores. -Akafuri