«El Chico De Las Flores» [Akafuri]

«Sentimientos Que Queman Despacio»

Las sábanas de un perla pálido son el color que lo hace delirar.

Su cara esta apretada contra la suave almohada, sus lágrimas también son adsorbidas por esta y puede escuchar su propia voz gadear sin parar.

Su cuerpo esta boca a bajo, su pecho contra el colchón, sus delgados dedos están de un color blanco a causa de la fuerza que impone al apretarlas contra el colchón.

Ahora puede saber porque el hombre pelirojo prefiere las camas de agua.

Es super cómoda.

El mismo dueño de la cama, que es también propietario de ese lujoso apartamento está arriba de él.

Literalmente está en todas partes, Kouki lo siente por todos lados.

Y puede decir que nunca fallo en pensar que este hacía ejercicio.

Lo hace y mucho, tiene una resistencia exquisita.

Puede sentir sus largos dedos dentro de él, Akashi solo está en pantalones mientras lo contempla, Kouki está totalmente desnudo.

–Ah.. Espera, espera.

Le dice girandose y poniendo sus palmas en el blanco y trabajado pecho de Akashi, sin ningún bello en el.

Este lo mira con esos increíbles ojos dorados, sus cejas están un poco juntas y sabe perfectamente que no le gusta que lo dejen esperando.

Quita sus manos de su pecho y estira sus brazos para agarrarlo de los hombros, se impulsa quedando sentado y rodea su cuello, besandolo profundamente.

La lengua de Seijuro es tan grande como su ego, y no evita devorar todo a su paso, primero delinea sus labios y muerde su cachete, después regresa y sin pedir permiso introduce su lengua.

Incluso cuando lo besa, el es el que manda, recorre sus dientes, toda su boca y después juega con su lengua, como si fueran amigas, al final muerde muy, muy fuerte.

Kouki no puede pensar correctamente y aún así se pregunta como es que terminó tan metido en este tipo de situaciones, como es que siempre hacía lo que Akashi deseaba.

Las manos de Akashi volvieron a subir por todo su cuerpo, cada toque lo derretía en un inesperado calor.

Cuando lo vio por primera vez pensaba que Akashi era caliente, es decir él pensaba que su físico lo era, siempre supuso que en el dormitorio el sería una persona más fría, sus toques o sus besos.

Se había equivocado, sus manos eran lava en su cuerpo.

Sus besos hacían olvidar que lo estaba  deteniendo con sus monos y pasó.

Se dejó llevar, como muchas veces atrás, como siempre, desde que conocía a Akashi podía decir que todo era dejarce llevar, sin preocupaciónes.

Sin negarce, sin decir no.

Desde hace un año y medio atrás, todo era puramente físico con Akashi.

Si, Akashi Seijuro, el ex- prometido de uno de sus clientes, un cliente que lo había golpeado.

Y eso le dolía -no el golpe- porque creyó que esos alagos, esas caricias, ese coqueteo eran para conquistarlo.

Todo el cortejo que hizo cuando se conocieron.

Y no era así.

Fue dura la caída después de la primera noche, de la primera vez, la noche en que se dio cuenta que con el gran empresario y ex modelo Akashi Seijuro, no iba a tener absolutamente nada.