La Ciudad de las Bestias

Capítulo 2: Hogar Lupus

Los cuatro muchachos se apiñaron uno contra otro, mirando de forma suplicante a Saphira. Lucas dio un paso adelante encarando a la señora furiosa.
-Saphira, por favor, disculpe la tardan...
-¡A callar!- le regaño con un dedo amenazante.
-Todos los espectadores se encuentran camino al Gran Salon, diez grupos se probarán hoy y casi todos apuestan que es una competencia entre su manada y la de Jake- apoyo Rose, detrás de ellos.
-Las pruebas son para saber si eres apto a luchar, para ser un Defensor, no un ring de apuestas- se quejó Tey.
Con un empujón los envió a la sala rectangular y los cuatro se sentaron en las sillas de tela, escuchando atentamente a las ansiosas mujeres.
El Hogar Lupus era el mejor lugar para los cambiantes en entrenamiento, nadie refutaba que las lobas que dirigían este hogar casi que adoptivo eran las mejores, cada joven presentaba para ellas un nuevo miembro de jauría, un muchacho al que cuidar y amar hasta que su entrenamiento estuviera completo, ¿El problema? La cantidad de amor era proporcional a la cantidad de disciplina.
Las mujeres estaban ansiosas por el día de la prueba y Laila sabia porqué. Aunque era el secreto mejor guardado y oculto de todo el Hogar sabía muy bien que eran los preferidos de las nodrizas, los más queridos por ellas, estaban preocupadas por si no pasaban la prueba y si la aprobaban tendrían que irse del Hogar. De cualquier forma se sentirían angustiadas, pensaba Laila.
Las dos mujeres seguían reprimiendolos mientras los revisaban.
-¿Tey, que haces lleno de tierra?, ¿Por que tienes lodo en la cara, Zacarías?- Rose limpiaba el cabello de Tey mientras analizaba la cara de Zack.
Saphira se acercó a Lucas y lo sacudió un poco, revisando sus ojos y dientes.
-¿Transformaste bien los colmillos?, tienes raspaduras en los labios- reprochaba mientras seguía su tarea.
Laila se trataba de escabullir lo más rápido que podía pero ya Saphira la había agarrado por las orejas.
Se sometió a la detallista mirada de su madre y supo que no se salvaba de nada cuando fruncio el ceño y sus manos fueron a la cabeza de Laila acomodando sus mechones negros.
-Se te desato el cintillo, ¿Qué estaban haciendo? Ambos tienen los ojos rojos, ¿Será por el estrés?- cuestionó Saphira en voz alta.
-Los más probable- le respondió Rose mientras sacudia la tierra de Zack.
-¿Que tienes aqui?- un dedo acusatorio fue a parar en el pequeño morado que tenía en el omoplato izquierdo, justo el que le había ocasionado Zack al chocar contra ella.
-Eh... estábamos jugando- admitió un poco apenada.
La mano de Saphira voló directa al cuello de Lucas.
-¿Qué estaban jugando exactamente?- le pregunto apacible mirando a Lucas.
-¡Mamá!- exclamó sorprendida- ¡Los cuatro estábamos jugando a las escondidas!
Saphira solto a Lucas y Rose se detuvo a mirarla.
-¡Jugando!, ¡Ustedes ya tienen 17 años! Deberían tomarse más cosas más en serio- casi ladro Rose.
-Sólo queríamos distraernos- replicó Laila- estábamos ansiosos, queríamos despejarnos un rato.
Las dos nodrizas se miraron afligidas.
-Okey...- murmuró Rose.
Saphira respiro profundamente mientras soltaba a Laila y se alejaba.
-Comenzará dentro de 30 minutos, saben que esta prohibido que estemos con ustedes hasta que la prueba haya terminado, se tendrán que preparar sólos- comenzó Saphira
Aunque muchas veces se han preparado para las prácticas y combates solos, los cuatro de dieron cuenta de que era más para ellas mismas.
Se levantaron con paso silencioso y se encaminaron a las escaleras.
-Muchachos- los llamó Rose una última vez- aunque estamos seguras de que ganarán... queriamos decirles que no importa que pasé hoy, mañana o pasado...
-Siempre serán nuestros campeones-finalizó Saphira oteandoles con orgullo.
Los cuatro cambiantes las contemplaron con cariño y energía contenida subieron a sus dormitorios. Al llegar a su ala, sus habitaciones estaban contiguas, los cuatros se miraron sonrientes tal vez un poco melancólicos,
-Adentro muchachos, prepárense que tenemos una pelea por delante- infundir un poco de ánimo nunca está mal pensó Lucas.
Tey y Zack inclinaron sus cabezas en señal de aprobación y entraron a sus piezas.
Laila lo miró con curiosidad en sus brillantes ojos y el pelinegro se sintió como un libro abierto.
-Lucas...-murmuró la chica con timidez- hay algo que te quería decir.
El castaño se quedó estático, sabía que esta conversación iba a venir en cualquier momento pero igual quería evitarla, la miró atentamente mientras ella buscaba las palabras correctas.
-Hoy, si aprobamos...
-Cuando aprobemos-corrigió Lucas.
Laila le sonrió con cariño.
-Se hará la elección del Alfa...
Lucas bajo la cabeza pensativo, la elección del Alfa, no era ni tanto, cada manada la conformaban entre 5 y 6 integrantes y ellos al final de la prueba elegían un Alfa, siempre era instintivo, nunca sistemático o evaluativo, al final de la lucha la manada solía inclinarse ante el líder, salía de una manera natural y siempre había uno en cada grupo.
-Dime por favor que no le has parado a los rumores del pueblo- Lucas la abrazo con dulzura, ella le sonrió apenada.
-No quiero que pienses que no te considero un buen Alfa.
-Laila, las pruebas ni siquiera se han hecho, sólo son rumores y no sabemos quién de nosotros será, saldrá en su momento, sabes que es algo instintivo- se separó de ella con delicadeza y le sonrió.
La chica analizó cada parte e su rostro, buscando nerviosismo, curiosamente no lo hallaba. Era bastante obvio que el sería el líder, siempre los guiaba y tomaba la delantera, pero a su vez ella tampoco se quedaba atras, solia estar pendiente de cada detalle y muchas veces discutía con Lucas por alguna decisión, en el Reino se empezaban a correr rumores de que sería un enfrentamiento a muerte por ver quién sería el Alfa.
Nada más alejado de la realidad.
Laila le lanzo los brazos al cuello, nuevamente abrazandolo.
-Tranquila, tigresa- la calmó el muchacho- no saques conclusiones antes de tiempo.
Con una sonrisa abrió la puerta de su dormitorio y lo miro
-¿Te digo algo?
-Dime.
-Tenemos una pelea por ganar.