Capítulo 7: La Fiesta de las Marcas

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Las trompetas dieron comienzo a la Ceremonio de las Marcas, cada grupo pasaba con solemnidad a ser pintado por Aquiles, cuando ya de últimos, en su turno, los cuatro se levantaron, caminaron entre aplausos a la tarima, Aquiles los miro con severidad y se retiró al fondo de la tarima.
Un balde de agua fría cayó sobre los muchachos, ¿Qué estaba pasando?, ¿No los pintarian? A Lucas le iba el corazón a mil.
La plaza entera quedó en silencio confundidos por el suceso.
El Rey se levantó con elegancia, caminando hacia las pinturas tomó la naranja y pintó a Tey, rodeando su ojo, delineando su brazo. Fue con Zack trazó su frente y punteo sus muñecas, regreso a la mesa, dejando el cuenco en la mesa, agarró el verde y se dirigió a Laila, marco espirales en sus brazos, por encima de la ceja y debajo del ojo punto una "S", repitió el proceso tomando la pintura azul.
Delineo la barbilla de Lucas e hizo una franja en el tabique de su nariz y pintó cuatro rayas en su muñeca.
Tey y Lucas traían la boca abierta.
-《Defensores de Ciudadela》- su voz fue apacible y en otra lengua.
Los cuatro muchachos se arrodillaron ante el Rey, aún sorprendidos por lo que acababa de pasar, Laila entendió sus palabras y tradujo a sus amigos.
-Dijo: "Defensores de Ciudadela"- susurro la chica temblando de la emoción, hablaba en latín.
El rey la miro sonriendo y siguió.
-《Que los dioses los bendigan, levantense y celebren》.
Laila volvió a traducir y los cuatro siguieron su indicación.
El rey se retiró y se sentó mientras los nuevos Defensores bajaban de la tarima aún impresionados.
-Tye...- susurro Zack- ¿Cuáles eran los significados de los colores?
Tey aún sin habla no recordaba la extensa explicación que había hecho, por lo que resumió:
-El anaranjado, color de la alegría es valentía, el verde, color de la vida es equilibrio y el azul, color de reyes es paz.
-¿Porqué tenemos distintos colores?- preguntó Laila confundida.
Tye pensó a profundidad la pregunta.
-A Zack y a mi nos nombraron Omegas, casi normal- analizo- A Lucas, Alfa; también casi normal, pero Laila, a ti te nombraron Beta.
Se miraron en silencio mientras Laila procesaba la información.
-¿Por que era que no se usaban  los colores, Tye?- pregunto Lucas sin aliento.
-Por tradición, nunca hubo nadie que fuera digno de ellos desde... desde el Guerrero de Marfil- sentenció Tye.
El silencio volvió acecharlos mientras reflexionaban lo dicho.
-Es hora del baile- los distrajo Zack- dejemos el enigma para otro día, tratemos de divertirnos hoy.
Laila lo miro agradecida, más revuelo era lo menos necesitaban ese día.
Las parejas se ubicaban alrededor de la plaza, los músicos y cantantes preparaban sus instrumentos.
-Dinos Lucas- empezó Tye.
-¿Con quien quieres bailar?- sedujo Zack.
La cara de Lucas se le tiñó de rojo que contrastando con el azul se notaba más.
-Rápido- pidió Lucas tomando la mano de Laila.
Con suavidad la jaló hacia el centro de la plaza y la miró aliviado.
-¿Por que me pasa esto a mi?- pregunto.
Laila se rio dulce mientras lo observa. Era alto y , su rostro era definido y con la pintura lo hacía parecer anguloso, con cejas gruesas y labios carnosos, su cabello era de color castaño claro, pero lo más  impresionante de Lucas eran sus ojos, de un color dorado parecía oro líquido, brillante y sólido, si alguien se preguntan quien era el más guapo de todo el reino, Laila sabía la respuesta.
-Eres el Alfa, ahora somos tu responsabilidad- río la chica.
-¿Me permites?- pidió Lucas ofreciendo sus manos.
Laila asintió dejando que él pasará el brazo por su cintura y tomará su mano con la otra.
-¿Me contarias algo?- Lucas se oía nervioso.
-¿Te dio pena?- río Laila.
-No es lo mismo bailar solos que rodeados de metiches.
El muchacho le guiño el ojo, Laila se sonrojo divertida. La música comenzó lenta, triste con dejes de angustia.
-Hey- susurro el Lucas en su oido- ¿Estas preocupada por ser Beta?
-Con sinceridad... si, la última vez que hubo un Beta el reino casi vuelve a caer en guerra.
Lucas tropezó con sus pies.
-Tranquilo, tigre- río Laila- con calma.
Volvieron a comenzar los pasos al son de la melodía.
-No te preocupes por eso- la consolo Lucas- eres mi segunda al mando, la mejor de todas.
Laila sonrio agradecida.
-Un paso a la vez, como mi madre no enseñó.
Se desplazaban con lentitud por la plaza.
-¿Cuál era la leyenda de esta canción?
-Te la sabes de memoria, Lucas, nos la llevan diciendo desde hace tres meses.
Su sonrisa no se hizo esperar.
-Por favor.
La musica empezaba a cambiar un a un ritmo mas alegre, Laila no podía llevarle la contraria a ese tesoro.
-La canción representa los tiempos antiguos, dividida en las cuatro estaciones empieza en Otoño representa el inicio tenso, viene el invierno cuando el conflicto estaba en su apogeo, empieza la primavera y acaba la guerra, el nacimiento de algo nuevo.
La música iba avanzando, más rápida, más rítmica, presurosa y alegre, Lucas giró a Laila y la regresó a sus brazos.
-Sigue.
-Llegando el verano, representa la alegría y prosperidad del pueblo.
-¿Y ahora en que parte estamos?
Laila escucho atentamente los tambores empezaban a tomar fuerza, Lucas la separa de su pecho con una vuelta la tomó de las manos.
-Iniciando el verano.
La tomó por la cintura y la giro en el aire, la risa de Laila lleno sus oídos.
-¿Te muestro algo?- susurro Lucas.
Lo miró curiosa y el sonrió.
-Tú madre estuvo haciendo travesuras hoy.
Lucas tomó su mano y la giro de nuevo, Laila se fijó en su muñeca la que no tenía las marcas de pintura. Una cadena de plata con eslabones se unía a un zafiro en forma de huella.
-Tú tienes el juego- susurro Laila divertida.
Lucas alzó los hombros restandole importancia.
-No lo quería aceptar, me pareció muy valioso pero a Saphira le parecía importante.
-Me paso algo así.
-Aquí viene lo bueno.
La música aceleró y modificó, andaban con ritmo, sus movimientos se sincronizaban a la perfección. La música acabo y Lucas alzó a Laila en sus hombros.
-¡Lucas!- gritó divertida- ¡Bajame de aquí!
El muchacho la llevo fuera de la pista.
-Anda ya los protocolos se acabaron, no tenemos más responsabilidades por hoy.
-¿Y que propones, bad boy?
Lucas río y sus ojos brillaban.
-Escapemos al río.
La propuesta se oía tentadora, observó la plaza, Tye estaba hablando con Ben y Zack coqueteando con una chica.
-Mmm...
-Anda, nadie lo notará.
-Con una condición.
-¿Cuál?
-Carrera.
Laila salió pintando entre las calles y Lucas la siguió, ambos corrían y saltaban, sin miedos, ni presiones, llegaron a su destino, a las afueras del reino se hallaba un río cristalino rodeado de árboles, corrían por el pasto jugando como niños, Laila saltó encima de Lucas y el chico la atrapó en el aire, rodaron entre las flores quedando boca arriba, Laila se transformó riendo como loca.
-Eso fue genial.
Lucas la miraba sonriendo, hablaron un rato de cosas triviales, preguntas capciosas o recuerdos  preciados, se quedaron recostados viendo las constelaciones, el viento los mecia con sacuvidad mientras el río a su lado seguía su caudal.
Laila se acercó más al rio metiendo las manos en el agua y Lucas la siguió.
-Hey- susurro Laila.
-¿Hey?
El chorro de agua voló directo a su cara, empezaron a salpicarse y mojarse, las hojas de los árboles cubrían el piso y de vez en cuando crujian, Lucas se detuvo mirando los árboles con atención.
-¿Lucas?-preguntó Laila- ¿Qué pasó?
-No se- murmuró Lucas.
Se levantó cauteloso mirando a los árboles, el sonido de las hojas se volvió a repetir, Laila lo sintió de inmediato.
-¿Tye?, ¿Zack?- dudó la chica.
Lucas la miró serio, irguiendose en toda su estatura.
-Detrás de mi- ordenó Lucas.
-Ni lo sueñes- negó Laila- a tu lado.
Lucas la miró fugazmente, se acercó al linde del bosque con precaución, las hojas volvían a crujir.
-¿Quién está ahí?- gruño el chico.
Laila ya se había transformado y se encontraba agazapada, lista para saltar. El ruido se volvió más fuerte, Lucas imitó a su amiga, cuando una sombra se abalanzó contra ella. Las garras volaron Laila se retorcio bajo el peso del atacante, oyó el rugido de Lucas y como otra figura se lanzab sobre el.
Lucas clavó los colmillos en la pata de su atacante lo más profundo que pudo, el animal de un brinco se salió de él. Laila logro retomar el control de su cuerpo y lanzaba zarpazos a su enemigo.
-¿Quiénes son?- gritó Lucas.
-¡Desalmados!- exclamó Laila.
La luna iluminó el claro y pudo observar a los extraños, dos Panteras gruñian amenazantes, Lucas rugio con fuerza, Laila lo acompañó.
-¿Crees que hayan oído?- pregunto Lucas a Laila esquivando una de las Panteras.
-No se...- respondió la Tigresa.
Tomaron carrera y atacaron, seguían con rapidez y ataques precisos Lucas logró partirle la quijada a una y Laila abrió una herida en el pecho a otra cuando oyeron varias voces.
-¡Lucas!, ¡Laila!- grito Tye.
-¡Dónde están pedazos de idiotas!- vociferaba Zack.
-¡Aquí!- rugio Laila.
El despiste fue suficiente para que la pantera le clavada los colmillos en la oreja, chillo cuando sintió las garras clavarse en la espalda. Lucas corrió hacia la pantera y saltó sobre ella.
-¡Alejate de ella, bruto!- rugio.
Las Panteras se retiraron gruñendo, sintiendo como cada vez se iban acercando más sus amigos.
-La oscuridad se acerca- siseo una, su voz era rugosa y espesa.
-El Dios de las Bestias esta vivo- anunció la otra.
-Y logrará si cometido.
Dicho esto salieron corriendo.
Lucas y Laila se miraron y salieron tras ellos, esquivaban los árboles con velocidad y destreza, su gritos guiaban a sus amigos en su dirección, llegaron al otro límite del bosque... vacío.
Lucas gruño de disgusto.
-No te transformes- indico- aún pueden volver.
Se quedaron dando vueltas intentando conseguir un nuevo rastro, cuando sus amigos llegaron.
-¡Laila!, ¡Lucas!- chillaron al unísono.
-¡Tye!, ¡Zack!- devolvieron sus amigos, corrieron hacia ellos y se transformaron.
-¿Qué pasó?- exigió una voz masculina, al girarse vieron a Aquiles.
-¿Alguno está herido?- la segunda voz fue gruesa, apacible, amable.
El Rey Perseo a acercó a ellos con lentitud, su paso era intranquilo, los cuatro muchachos se arrodillaron ante su rey.
-Gracias por acompañarnos, señor- dijo Zack desde el suelo.
-A ustedes por guiarnos- devolvió el anciano- levantense, guerreros.
Los cuatro se levantaron, Lucas miró con impresión a Tye y Zack, ellos alzaron los hombros como diciendo: "No se, sólo nos empezó a seguir".
-¿Cuántos eran?- preguntó Perseo.
-Dos, dos panteras- respondió rápidamente Laila.
-¿Les hicieron daño?- inquirió.
-Pequeños raspones- respondió seguro Lucas ocultando un poco el sonrojo de sus mejillas.
-¿Les dijeron algo?- su voz se oía alarmada.
Leila y Lucas se miraron con avidez.
-"La oscuridad se acerca, el Dios de la a Bestias esta vivo y logrará su cometido"- recitó el Alfa.
El rey se quedó en silencio mirandolos alarmado, se dio vuelta en dirección a Aquiles.
-Aquiles- dijo- ve al castillo alerta a los soldados, pon seguridad en los alrededores del pueblo, prepara a a las manadas más fuertes y enviarles con las banderas a cada reino, alerta máxima.
El soldado asintió sorprendido y se inclino ante Perseo, un guepardo salió disparado hacia el castillo.
-Señor- empezó Lucas- ¿Cómo podemos ayudar?
El grupo asintió en aprobación, no se quedarían de brazos cruzados menos cuando no sabían se estaba pasando.
-En nada- dijo el rey tajante- por egoísmo los puse en peligro, no dejaré que les suceda nada.
Los muchachos se paralizaron de sorpresa, el pulular de una lechuza los puso alerta.
-Deberías contarles- una voz dulce y melódica voz salió de entre los árboles, Perseo sonrió cansado.
-Te pedí que te quedarás en el castillo- dijo con suave reproche, la figura bajita y delgada se dejo ver, mostrando a la reina.
-Lo se y lo hice, preparé todo para llevarlos allá- señaló al grupo de adolescentes confundidos.
-Estarán más seguros asi- negro Perseo.
-Tu mismo dices que el conocimiento es poder- debatió la reina Hestia acercándose a la oreja herida de Laila- ¿Te sientes bien?
Ella asintió con sorpresa.
-Los mordiscos de los desalmados suelen ser fuertes- explicó ella mirando a Lucas- y causan mucha picazon.
El rey Perseo bufo divertido.
-Aquí estamos muy expuestos, mejor caminemos- insistió Hestia, tomando la iniciativa en dirección al castillo.

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