10. Esta no es una cita

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Yo me quedo tiesa, sin saber qué hacer para solucionar el problema en el que acabo de meternos.

Lucas, sin embargo, se apresura en hablar para detenerla.

-Rosi, no... Brenda sólo estaba bromeando... -la mujer se detiene un segundo para escucharlo-. En realidad, limpiamos juntos.

Ella rueda los ojos y suelta un bufido.

-¿Por qué tendría que creer eso?

Él comienza a acercarse a mí a medida que habla.

-Lo que pasa es que le dolía mucho la espalda de tanto trabajar -posa sus manos en mis hombros desde atrás-. Así que le dije que podía irse a descansar un momento, justamente porque no quiero que esté adolorida. ¿Verdad, Brenda?

-Emm... sí. Es eso -asiento, de forma poco convincente.

Rosalba no me hubiera creído ninguna palabra si no fuera porque Lucas tiene una manera muy peculiar de trasmitir seguridad cuando habla.

-Pero ya está mucho mejor -sigue insistiendo él, masajeando suavemente mis hombros como si buscara disminuir el supuesto dolor. -Si nos das la oportunidad de terminar las estanterías que faltan antes de que se acabe la hora, no habrá necesidad de alargar el castigo.

Ella piensa durante largos segundos, en los que ambos la miramos con nuestra mejor cara de súplica. Hasta que, por fin, cede.

-Si terminan todo hoy, el castigo se acaba. Pero tiene que estar perfecto -ordena.

Lucas esboza una sonrisa agradecida y yo lo imito, para ayudar a calmar los nervios de la bibliotecaria.

Sin decir más, ella se dirige de nuevo a la entrada, donde está su escritorio.

Él suelta un suspiro de alivio.

-Aún tenemos una oportunidad -me dice-. Vamos.

-¿Vamos? -repito, perpleja-. Me pasé el mes entero arreglando, mientras tú perdías el tiempo. ¿Y ahora esperas que te ayude a terminar?

Me cruzo de brazos en desaprobación.

-Allen, ya oíste a Rosalba -demanda- ¿Quieres que nos aumente un mes el castigo?

-Lo que quiero es que termines de una vez tu trabajo para que no me sigas arrastrando a tus propios problemas.

-¿No ves que no es "mi problema", sino de los dos? -Reclama molesto- Si no me ayudas no hay posibilidad de que termine.

-Entonces comienza a moverte de una vez -decido.

Hace un gesto de querer ahorcarme.

-¡Argh! ¡Eres insufrible! -se queja, pero no sigue insistiendo, voltea y se va directo a las labores.

Me quedo ahí, mirando cómo se apura en hacerlo todo rápido.

-No puedo perder un mes más de ensayos -lo escucho murmurar con desesperación, como para sí mismo.

-Lo hubieras pensado mejor antes de atrasarte -le contesto, pero me ignora. Está completamente concentrado. Todos sus sentidos parecen enfocarse en hacer una limpieza pulcra y rápida.

Llevo mi mano a la sien y la aprieto con fuerza.

Sé que esto me perjudica a mí tanto como a él.

Sé que no podrá terminar todo él solo.

Sé que no voy a soportar un mes más de castigos en este lugar.

Y, aun así, me costaría mi orgullo ayudarlo.

Lucas se merece esto. Yo me esforcé más que él. Terminé todo lo que debía y no es justo que ahora tenga que hacer parte de su trabajo.

Por culpa de un instante (Completa✔ y en físico 📚)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora