El lunes está resultando más tedioso de lo normal. La profesora de inglés nos puso deberes y salió del curso a mitad de hora, con alguna excusa. Todos sabemos que se va a fumar. Yo mismo la encontré el año pasado, en el patio del costado, saboreando un cigarrillo como si fuera la boca de su amante, quien también sabemos que es el profesor Collins.
Me recuesto por la silla y miro a mi mejor amigo. Bruno está escuchando a Led Zeppelin con los auriculares de su celular, tan fuerte que oigo la música desde aquí.
En el asiento de atrás, Lucía le hace la tarea. Ésta chica nunca entendió que Bruno no quiere nada con ella. Sigue haciendo el absurdo papel de desesperada.
No me molestaría en absoluto, si no supiera que una de las razones por las que finge ser amiga de Sam es para acercarse a él.
Aunque, dentro de todo, no es peor que la otra. Kendra, quien la sigue todo el día sólo para acercarse a mí. En el tiempo que estuve de novio con Sam se me hicieron obvias sus intenciones.
—Lucas —Bruno llama mi atención—. ¿Y si nos escapamos?
—Todavía ni siquiera termino de cumplir el castigo en la biblioteca —lo miro con mala cara—. ¿Y ya quieres que me pongan otro?
—Marica —se queja y vuelve a colocarse los auriculares.
Nada me gustaría más que irme de aquí, pero no puedo arriesgarme a que me encuentren de nuevo. Los años anteriores me pusieron demasiadas amonestaciones por culpa de eso. Y el guardia de la entrada ya conoce nuestras caras perfectamente, no va a caer en ninguna mentira.
Si al menos no me hubieran castigado ya el primer día de clases, papá no estaría tan molesto como está conmigo últimamente.
Todo por culpa de esa Pulga loca.
Volteo a verla. Está tan concentrada en su trabajo que no se percata de que la miro.
Hoy lleva el cabello castaño envuelto en una larga trenza. Odio admitirlo, pero se ve realmente bien.
No puedo evitar esbozar una sonrisa.
Susi, la chica que está a su lado, me ve y me hace un guiño, creyendo que la estaba mirando a ella. Le devuelvo el gesto por pura cortesía, pero llevo la vista de nuevo hacia adelante. No quiero que se haga falsas ideas.
Entonces me acuerdo de eso. Abro la mochica de Bruno, hago a un lado sus cuadernos, sus CD's y sus revistas porno y busco bien en el fondo.
Ahí está, el colgante del celular de Brenda.
Lo saco, riendo en mis adentros, y lo observo con cuidado.
Es ese gatito gris que se ve a menudo en la web y gusta tanto a las chicas. Me da gracia pensar que alguien tan ruda como ella tenga algo tan delicado, infantil.
Abro mi billetera y lo guardo cuidadosamente en uno de sus compartimientos.
La profesora vuelve, inundando el salón del olor de su vicio favorito, y yo sólo pienso en salir de aquí para poder disfrutar del mío: la música.
Extraigo mi teléfono y escribo en el grupo de WhatsApp de Musageta.
"Vane, ¿ensayamos mañana?".
Le toma al menos cinco minutos responder.
La veo escribir y escribir sin plasmar nada, hasta que las palabras aparecen en la pantalla.
"No... pero los quiero en casa a las 20:00. Tengo que hablar con ustedes".
Le muestro el mensaje a Bruno.
—¿Qué crees que sea? —le pregunto.
Él se encoge de hombros, mordiendo un bolígrafo.
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Por culpa de un instante (Completa✔ y en físico 📚)
RomanceUn malentendido lleva a Brenda a enemistarse con el chico más popular del curso. Pero Lucas no es tan malo como parece, ni ella está tan loca como él cree. ...