Estábamos caminando hacia nuestras casas con Jaco mientras hablábamos en el camino. Las charlas con el eran lindas, no me sentía incómoda, simpre sabía que responderle y el también.
-¿Quieres venir a mi casa?- pregunta.
-Primero debo cambiarme, luego si iré.
-Bien, yo tambien debo cambiarme.
-¿Algún dia te vas a afeitar?- pregunté mirando su leve barba.
-Quizás. Algún dia.-dice sonriendo- cámbiate y ven- vuelve a hablar dándome un beso en la mejilla raspándome con su pequeña barbita.
-Si, está bien.
Ya estábamos en frente de mi casa, así que entré y me cambié lo mas rápido posible. Elegí algo simple como una remera blanca, la cuál hice un nudo para acortarla, y un jean celeste roto, luego mis zapatillas blancas.
Le envié un mensaje a Jaco diciéndole que estaba por ir, no me quedaba lejos, veía su habitación desde mi ventana.
-estoy yendo :)
-Te estoy viendo ;D
Miré rápido hacia la ventana y lo ví mirándome. Casi pareciera un acosador, pero quién diría que el lo fuera con esa cara de ángel. Luego me puse a pensar, ¿me habrá visto mientras me cambiaba?
-¿no viste nada, cierto?
-tranquila, no vi. Solo cuando te hacías el nudo en la remera. No soy un adolescente puberto, sabes.
No era un puberto pero seguía siendo un adolescente.
Comencé a bajar las escaleras y fui hasta la cocina. Deje alli mi celular cargando y salí de mi casa para ir a la casa de Jaco. Cuando estaba justo en frente antes de tocar la puerta, esta se abre sola. Era Meli, quién salía para irse a la escuela, por lo visto, ya que tenía un guardapolvo azul y su mochila.
-Hola, Ludi, ¿qué háces aquí?
-Vine a ver a Jaco.
-Lo sé, él me lo dijo. Diviértanse pero no tanto, adios- se despidió dandome un beso en la mejilla.
-Adios, Meli.
Entré nada más que un paso en la casa de Jaco, todavía habían algunas cajas, aunque la mayoría vacias con papeles dentro.
-Bienvenida- dice Jaco captando toda mi atención. Llevaba puesta una camiseta blanca y un jean. Normal.
-Hola, de nuevo. Linda casa.
-Falta decorar- dijo tocando la pared y mirándo alrededor.-ven.
-¿A dónde?
-Tú sólo ven.- insiste.
Me llevó hasta la sala de su casa. Tenían dos sillones chicos, para una persona, y un sillon largo donde entraban más personas.
-¿Bebes?- me pregunta.
-De vez en cuando- respondí. Y mentí, siempre que podía bebía, y eso era bastante de seguido, ya que mi tío es un alcoholico, controlable, pero lo és, además de que tengo depresión y todas las noches me ahogo en alcohol. Si no se nota por mi cara no sé que más quieren.
-¿Quieres una cerveza?
-¿Tienes?
-¿En botella o vaso?
-Dame la botella.
Cuándo me la dio dude entre si tomármela como siempre, que es lo más parecido a una borracha nivel supremo que el vería en su vida, o como un niña que jamás en su vida probó un gramo de alcohol. Finalmente le dí un buen sorbo y fue considerable.
-¿Qué?- le dije a Jaco que me miraba detenidamente.
-Eres totalmente diferente a lo que imaginé.
-¿Eso es bueno o malo?
-Créeme que es bueno. Te imaginé como una niña presumida, coqueta. Pero eres humilde, y veo algo en ti que no alcancé a descifrar.
-¿Eres policía?
-El que hace las preguntas aquí soy yo- dijo en un tono divertido.
-Bien, pregunta.
-¿Fumas?
No sabía si decirle la verdad o mentirle.
-¿qué crées?
-Responde.
-sí.
-¿Por qué lo háces? ¿sábes los daños que pueden causarte los cigarros?
-Lo sé, pero a esta altura de mi vida no me importa nada.
-A mi me importas. ¿Qué te hace pensar así?
-La vida me da muchos golpes, unos más fuertes que otros.
-y..¿Te drogas?
-sí.
-¿Te cortas?
Ahora sí que me dí cuenta de que le estaba dando mucha información.
-¿Lo háces?
-No.
-Pues me alegra, no quiero que te lastimes. Y en caso de que ya lo hayas hecho, no quiero que lo vuelvas a hacer. Sé que te conozco hace nada, pero veo algo en ti, como te lo dije. Quiero conocerte más, quiero saber más de ti.
-Si llegaras a conocerme aún más, te alejarías de mi.
-¿estás loca?
-Por supuesto.
-No me alejaría de ti jamás.
-No hay una razón para quedarse.
-Si hay.
-¿Cuál es?
-Que empiezas a gustarme.
