Capítulo Uno: "el jefe"

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Capítulo Uno: "el jefe"

Ariel.

Mayo, 2014.

—Mierda —susurro en voz baja dejando caer mi mochila al suelo cuando lo escucho llegar.

Mis planes no eran tener que enfrentarme a él ahora. Sé que es un poco cobarde, pero es que... si lo hago tal vez pierda las fuerzas después. Debí haberme ido mucho antes en vez de eso me puse patéticamente a mirar nuestras fotografías.

Tomo una profunda respiración cuando escucho sus pasos acercarse y cuando entra a la habitación porto mi expresión indiferente. Uh, nada de acobardarse Williams... es lo mejor.

Sus hermosos avellana me miran con confusión y esa confusión se transforma en dolor cuando nota la mochila y las dos maletas a mi lado.

— ¿A dónde vas Ariel? —Pasa una de sus manos por su rostro con barba— ¿hice algo?

Tú no hiciste nada más que ser perfecto...

—Esto no estaba yendo a ningún lado —afirmo la mentira más grande. Ese es el más gran problema.

—Estábamos bien antes de que tuviera ese viaje, ¿Qué cambio?

Nada, perdóname.

—Cameron, yo no puedo seguir con esto ¿me entiendes? Todo está yendo demasiado rápido, lo siento. No sirvo para esto... no sirvo para nada.

Tomo mis cosas y empiezo a caminar con la poca decisión que me queda a la salida, pero antes de irme su voz me detiene.

—Te amo.

—No, no lo haces —susurro sin verlo.

—Créeme, lo hago. No importa si te vas, eso no va a cambiar, Ariel.

—Lo siento, Cam —susurro y abro la puerta saliendo rápidamente del departamento.

Quisiera tanto no ser así de estúpida. Quisiera tanto dejar de tener tanto maldito miedo.

.

.

.

Mato con la mirada a Serena —mi mejor amiga— junto con su novio Jason. Pueden ser los mejores amigos, pero también tienen unas ideas tan de mierda cuando se lo proponen.

—Te sentirás mejor.

—No, no me sentiré mejor.

—Bueno, tu misma te buscaste esto Ariel —se encoje de hombros y empieza a buscar vestidos en mi maleta—. Cameron es un tipazo. Pocos como él.

— ¿Quieres dejar de repetir eso? —Le gruño lanzándole uno de sus preciados cojines del sofá.

—Es la verdad —saca un vestido negro con escote detrás y me lo señala— ponte este, yo me pondré el rojo pasión que tienes en algún lado.

—No iré. Quiero quedarme aquí viendo películas en Netflix... netflix que espero sigas pagando —le sonrió angelicalmente.

— ¡Mantenida! —Me regresa el cojín que yo primero le avente—. Vas a venir porque nos divertiremos y no debes estar encerrada aquí. La soledad es una mala compañía, solía decir mi abuela.

—Mi madre también solía decirlo —murmuro distraídamente ya que esa frase me trajo agridulces recuerdos. Sacudo mi cabeza, quizá si deba salir—. Si iré. Dame ese vestido.

Me lo extiende con una sonrisa. Mientras voy caminando hacia mi habitación para cambiarme la veo de reojo chocar manos con su novio. Malditos.

Amarte [Libro 1, trilogía A&A]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora