Su nombre es la manifestación del desastre, sus gestos, su silueta... su cuerpo es como la fría corriente de un río desbocado; me envuelve y arrastra a lo mas profundo de sus fauses.
Mientras que mi intranquilidad se puede palpar con el viento, sujetandolo con la poca delicadeza que puedo tener procuro hacerle el menor daño posible.
Él por su parte me mira con ternura y deseo, una combinación extraña, como profanar el templo de un oráculo cuya existencia se debe al perpetuo estado de pureza con el que fue concebida.
Mis manos calidas contrastan con su helada piel, quiza por los nervios o por el temporal, su cuerpo entero tiembla cada vez que mis dedos acarician su cadera, siguiendo su abdomen hasta el limite de su pelvis, se nota un semblante de expectación, absorto en mis movimientos, levanta los brazos por sobre su cabeza, como si fuese a posar para una pintura; voy a inmortalizar esta imagen en mi mente.
Me siento muy torpe, jamas he tenido un acercamiento a estos sentimientos contradictorios e impuros, así que... permiteme ir despacio...
No quiero lastimarte de ninguna forma...
Llegados a este punto no puedo discernir nada con claridad, el momento en que nos besamos por primera vez, el momento en el que probé del dulce hechizo de sus clavículas, el instante en que nuestras miradas compartieron el mensaje que jamás podra decirse en voz alta, cuando nuestros cuerpos estuvieron listos para volverse uno solo, al compas de los latidos de nuestros corazones.
¿Esto es a lo que le llaman amor? Mi cuerpo se llena de una calidez abrazadora y me cuesta mantener el equilibrio, ven a mi; cobreme... dame tu mano.
Sus ojos se cierran rapidamente cuando supone q voy a besarlo, parece consternado por algo, la respiración agitada no me indica precisamente si voy por el camino correcto.
-¿Estas seguro de esto? Yo no necesito hacer este tipo de actos para demostrarte amor...- no me deja terminar la oración, agazapado contra mi pecho se dispone a besarme cpn vehemencia, desesperación, una suplica silenciosa por mis caricias.
Lo haremos a tu manera entonces, tomo sus manos y las sostengo por sobre él, Cort luce sorprendido por el cambio brusco en mi proceder, sin embargo su sonrisa de satisfacción parece aprobar el camino que estoy dispuesto a recorrer.
No soporto estar así mas tiempo, solo observando y dando pequeños bocados al mas delicioso de los manjares, deseo mas, necesito poseer a este precioso ser.