Sofá | KaiHun

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Donde Hunnie es un dulce y tierno gatito.

Menos de 500 palabras.




Hunnie es un gatito mimado.

Es el único y absoluto dueño del corazón de su amo Innie.

Hunnie piensa que el amo Innie  es un buen dueño, siempre le da sus galletitas de pescado cuando ha sido un buen gatito.

Pero Hunnie siempre es un buen gatito.


Alza su colita tan blanca y esponjosa como el resto de su cuerpo, mira a su amo dormido en su sofá favorito.


A veces Hunnie se molesta porque su amo Innie no entiende que ese es su sofá, él bien puede usar el sillón, pero no.

Se termina por sentar para lamer su patita delantera con la punta de su lengua rosita y rasposa. Ladea su cabecita cuando el ruido de un monstruo rugiendo sale de la boca de su amo.


¿Cómo quitaría al amo Innie de su sofá?

Se acerca con esa elegancia digna de él y que el bonito amigo de su amo siempre alaba de él. Le gusta mucho ese humano, cocina rico y siempre le dice que es bonito con sus labios de corazón.

Un pequeño maullido sale de su boquita.

— "Amo...ese es mi sofá"


Pero su amo no se mueve, solamente deja caer una mano al suelo y Hunnie sabe que debe ser más persuasivo para quitarlo sin tener que enterrar sus uñas en su rostro y perderse sus galletitas de pescado.

Se acerca a la mano de su amo, acerca su naricita rosa para olerla y mueve sus bigotitos porque el amo huele a lodo.


A Hunnie no le gusta el lodo.

La mano del humano está sucia, lo había visto a través de la ventana en el jardín esta mañana, pero su amo es tan torpe que Hunnie pensó estaba intentando hacer un hoyo para guardar su comida.

Hunnie a veces tiene que aguantar al pulgoso de Yeolli que le da de sus huesos llenos de lodo.


Niega quitándose la idea del estúpido perro escandaloso y se enfoca en ronronear alrededor del brazo (evitando las partes cubiertas del fango) para despertar a su amo y hacerlo irse de su sofá.


Intenta una y otra vez. Su blanca colita se enreda en el brazo de su amo y cuando piensa que debe cambiar de plan, el humano le acaricia el lomo con la mano.


Hunnie intenta alejarse de su mano, pero el humano lo toma y lo sube sobre su regazo.


Hunnie refunfuñón se da la vuelta queriendo irse, pero antes de saltar, los fuertes y anchos brazos del amo Innie lo abrazan y lo retiene contra su pecho.

Al principio Hunnie quiere irse porque ya está sucio y debe limpiarse para no apestar como el tonto perro, pero el amo Innie comienza a cantarle mientras acaricia su lomito y le dice que duerman un poco más antes de que llegue el humano que le gusta.

Hunnie lo piensa, y el calor de su amo es más abrumante que su asco por el lodo.


Quizá si podría compartir un poquito su sofá con su amo.





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499 palabras
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Algo pequeñito. No soy taaan fan del KaiHun, pero alguien me comentó que sería lindo ver a Hunnie como un mimado y vi a mi perrito León en el sofá durmiendo...
Y pos así es como una agarra imaginación.

Nos leemos pronto

Besos lunáticos ❤

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