Capitulo 19

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Sentía el aroma de su piel, de su cuerpo entero envolverla, la fragancia de sus cabellos, todo de él la hacía aspirar a que fuera real.

Lastimosamente era un sueño… uno de sus tantos sueños con él… un recuerdo que jamás se haría realidad.

Como dolía saber que ese sueño era tan real que el exquisito aroma de Sasuke la hacía sentir tan viva, tan mujer de tenerlo tan cerca a su cuerpo…

Solo dolía, un hueco dolor en su pecho al levantarse cada mañana… era insoportable y no sabía cuanto más podría aguantar…

Aun cubierta por las sabanas de su cama se giró quedando boca abajo y permitiendo que la almohada aunque fuese por un segundo la ahogara de su cruda realidad. La abrazó lo más fuerte que pudo, ahogando un grito de desesperación y sufrimiento amargo. Su abultado vientre le impedía acomodarse bien pero igual prosiguió acostada abrazando la almohada y oliendo ese masculino aroma que la rodeaba.

Como quisiera que fuese real…

-"Un momento".- la joven saltó asustada al sentir esa esencia varonil en su almohada. Apoyada con los codos miraba atónita el cojín, la acercó nuevamente y con temor a su nariz pero el olor se hizo intenso. Era de él…

De Sasuke…

Se sentó petrificada en el borde de la cama. ¿Era cierto o es que repentinamente su olfato le estaba fallando? ¿O quizás ya se estaba volviendo loca y su mente le hacía creer ese tipo de cosas?

No obstante esa idea desapareció como una estrella fugaz en el aire. Pudo ver una rosa roja reposar a un lado de la foto de su equipo. De reojo miró lo que traía puesto y con lo que al parecer había dormido, el vestido de seda blanco, sus labios se entreabrieron un poco, su corazón latió fuera de su ritmo cardiaco y una gota de sudor rodó traviesa por su cien.

-Sasuke…kun…- estaba confundida, aturdida. Vagos recuerdos vinieron a su mente.

La villa de los Uchiha, Sasuke, el mangekyou sharingan y acostarse junto con el en su cama…

Eran como flashes que aparecían y desaparecían a gran velocidad de su cabeza. Colocó una de sus manos delicadamente en su frente para verificar si no tenía fiebre, incluso tanteó todo su cráneo por supuestas heridas o golpes.

No había nada, todo estaba en perfecto estado.

Nuevamente levantó la mirada a la foto y la rosa roja, recordaba perfectamente esa flor… anoche, el vestido que llevaba puesto en esos momentos, lo recordaba a el… de repente una leve brisa ingresó a su habitación provocando que sus cabellos volaran sutilmente por su rostro, miró aun perturbada hacia la puerta de vidrio del balcón. Estaba entrecerrada.

La brisa hizo mover ligeramente las cortinas permitiéndole divisar rastros de hojas y barro en el piso. Se paró inquieta de la cama y se acercó a las huellas en el suelo, arrodillándose delante de ellas las rozó con la punta de sus dedos y pudo ver que eran de hombre.

-Sasuke…- murmuró casi sin aliento. Los brillantes rayos del sol vislumbraron el llanto de esa mujer. La felicidad, la rabia, la tristeza y el dolor por todo lo que sufrió la acongojaban como un remolino en su pecho… quería molerlo a golpes pero no requería de la fuerza necesaria para hacerlo…

Apoyó todo su cuerpo en la pared aledaña y aun llorando e hipando observaba las pisadas de aquel hombre que hacía un año atrás había cambiado toda su vida por completo. Un año ya que toda su monótona vida había dado un vuelco.

En donde solamente se limitaba hacer misiones de muy poco rango y se volvían extremadamente aburridas, donde practicar nuevos jutsus médicos se tornaba insoportable y no conciliaba la idea de continuar con la misma estupidez cada día. En las noches soñaba por que viniera alguien a rescatarla de esta frustrante vida que tenía, aunque no se quejaba que ayudar a la gente era algo que le gustara.

Viviendo una mentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora