FIN

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-¿Acaso piensan dejar al Hokage afuera?- pregunto con soberbia la mujer de cabellos rubios. Sakura estaba estupefacta. No entendía que era lo que estaba sucediendo, como es que su maestra los había encontrado.

Llevo una mano a su pecho, esperando contener los latidos nerviosos de su corazón.

Su visita solo significaba una cosa…

-No permitiré que nadie pise mi casa- ordeno el Uchiha, parándose delante de Sakura.

La mujer bufo con ironía. –Bueno, si prefieres que la gente de este pueblo se entere de que tienen refugiando a un Missing-nin de rango S buscado por las cinco naciones….- lo miro desafiante, haciendo ademán de indiferencia.

Vio como Sasuke fruncía el ceño y luego le daba paso para entrar a su casa, cubriendo a Sakura quizás de ella.

Su cabeza daba vueltas, quería salir corriendo pero sabía que eso era imposible. Ella jamás le huía a los problemas y más cuando era ella quien había hecho todo el desorden.

Su maestra y Shizune entraron al lugar. Sasuke cerro la puerta tras de si encaminándose detrás de ambas mujeres. La pelirrosa miraba el piso, aturdida en sus pensamientos.

-Sakura- la llamo. Ella levanto su rostro preocupado, su mirada lo observaba como si pronto lo fuese a perder todo. Y a pesar de ver sus ojos negros serios vio como le regalaba una apenas visible sonrisa, probablemente para tranquilizarla.

Ella camino hacia el y sus pequeñas manos agarraron su camisa, apegando su cabeza en su pecho. Su respiración estaba algo agitada; pero tarde o temprano tendrían que afrontar esto.

-Ve a cambiarte, te espero.- ella solo asintió sin volverlo a mirar. Se alejo lentamente de el dirigiéndose al piso de arriba.

El también sabía que pronto tendría que dar la cara a las autoridades. Sasuke se paso la mano por los cabellos. La Hokage lo sentenciaría, era lo mas seguro, pero de todas maneras lucharía, hasta el ultimo aliento, daría lo que fuera por no alejarse de ella. No había luchado en vano contra sus sentimientos, ni consigo mismo, había paz en su espíritu y todo gracias a ella. No podía permitir que los volvieran a separar y menos que sus hijos se criaran sin un padre.

Pero el círculo de la vida siempre da vueltas…. Y su destino jamás estaría seguro al lado de ella….

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La puerta corrediza se abrió dejando ver a Sakura y a Sasuke. Tsunade estaba parada junto a la ventana mirando entre las cortinas a los pueblerinos vivir en su cotidianidad.

Shizune observaba alejada de todo a la alumna de la Hokage. Podía ver el miedo en sus ojos jade, pero el, el estaba serio, sujetando la mano de la joven con firmeza, demostrando la pareja que eran.

Sakura quería llorar, pero era imposible, tenía que demostrarse como era, un Ninja.

A pesar de que tragaba pesado, su garganta le dolía y sus ojos le ardían de una manera espeluznante. Quería pensar en otra cosa, pero no podía, su maestra estaba ahí para llevárselo.

Tsunade los vio de reojo entrar, tan posesivo como siempre, vio que sujetaba la mano de su alumna; llevaba eso en la sangre como el resto de su familia.

La mujer se alejo del ventanal y tomo asiento en uno de los cojines. Los miro a ambos expectante a que tomaran también asiento frente a ella. Sakura soltó la mano de Sasuke tomando asiento, la Hokage no le quitaba los ojos de encima impaciente.

Tsunade los miro atentamente a ambos, Sakura tenía la vergüenza y la preocupación pintada en su rostro. En cambio el, la observaba con prepotencia, su mirada le recordaba al viejo de Madara.

Viviendo una mentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora