Capitulo 25

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Esa misma noche…

Los miro quedamente por un buen rato antes de irse a dormir… sus hijos se hallaban durmiendo dentro de las incubadoras en las cuales el doctor había dado orden, dijo que era por precaución, después de todo había dicho que un embarazo múltiple podría traer sus riesgos aunque estuviesen en buen estado de salud. Pero en realidad, la sola idea de haberlos concebido, de que fuesen suyos, sangre de su sangre… era lo que en verdad lo enorgullecía… sabia que estarían bien, eran sangre Uchiha después de todo…

Una sonrisa sosegada asomo en sus labios, todo el duro trabajo y el dolor que tuvo que pasar llegar hasta donde estaba ahora… en paz…

Y todo se lo debía a ella… a esa mujer terca y risueña… una molestia que a pesar de serlo, siempre le llamo la atención su caucásica naturaleza.

Los miro por un rato mas… el cansancio ya se hacía presente en su cuerpo y lo mejor era ir a dormir, había sido un día muy agitado. Su oscura mirada finalmente se despego de ese par de pequeños y se dirigió nuevamente hacia la habitación de su mujer.

Caminaba por los casi desolados pasillos del hospital rememorando las palabras de Naruto… suspiro cansino.

Había despertado hacia un rato, las enfermeras le habían traído la cena que al verlas entrar con tremendo festín pensó que estaba siendo más que consentida y fugazmente recordó a Suigetsu trayéndole el desayuno en las mañanas cuando estaban en cautiverio, decidió rápidamente olvidar el pasado y disfrutar de esa delicia que las enfermeras traían entre manos, la verdad es que estaba más que hambrienta. Con sus manos apoyadas en la cama se ayudo a sentarse en mejor posición para comer, luego de pocos minutos en que se vio envuelta de bandejas de comida las enfermeras decidieron dejarla sola, escucho el sonido de la puerta cerrarse pero no le importo en esos momentos lo único que hacía era mirar los platos de comida que tenía en su regazo y honestamente no sabía ni por cual comenzar.

-Vaya… por lo visto te vieron morir de hambre- dijo una masculina voz con sarcasmo asustándola y sacándola de sus cavilaciones. Sakura alzo su verde mirada y se encontró con los oscuros y penetrantes ojos de Sasuke.

-¡Hmp!- dijo cruzándose de brazos y haciendo un puchero molesta, un leve rojo se acomodo en sus mejillas.

Hermosa, pensó el Uchiha…

Sonrió lascivo mientras comenzaba a caminar hacia la cama de la joven. – Mande a que te sirvieran bastante comida, imagine que deberías tener demasiada hambre.- hablo con tranquilidad mientras se sentaba en el borde de la cama. La pelirrosa seguía sus pasos con la mirada, permitiéndose seducir por esa imponente figura masculina que tenia frente a ella. Cuando él la miro directamente a los ojos sintió una punzada en el pecho, intimidada rio nerviosa y saco la lengua divertida.

-Gracias, Sasuke-kun-

-No Sakura…- la miro seriamente dejando entrever un deje de preocupación en la joven mujer. – No me agradezcas a mi… es a ti a quien debo agradecer…- comento mientras sujetaba su frágil mano y la llevaba hasta sus fríos labios. Un casto beso planto en el dorso de esta posteriormente para restregar su cara en la tersa piel de aquella mano. Estaba tibia… tibia como su corazón y su alma…

Sakura miraba absorta las acciones de cariño del Uchiha… su mano, la cual acariciaba inconscientemente el rostro de Sasuke tomo vida propia cuando sus dedos palparon los labios de aquel hombre, rozo con suavidad y delicadeza su boca como si el solo hecho de tocarlo quemase.

-Sasuke-kun…- susurro con dulzura y casi incoherentemente dejándose llevar por el deseo y el amor. El pelinegro levanto su mirada y la vio sonrojada con lágrimas en sus mejillas, una sonrisa llena de ternura se formaba en esos delicados labios.

Viviendo una mentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora