Capitulo 17

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Mañana en la noche sería la cita en las residencias Uchiha con su maestra. La verdad le incomodaba de sobremanera el hecho de que la Hokage la mandara en la oscuridad sola solamente para firmar un estúpido permiso. En su caso, ella hubiese remitido con sus subordinados el contrato. Pero no, ni por que estuviese embarazada tenían la cortesía de preocuparse.

Presentaría su firma y desaparecería de aquel lugar cuanto le fuese posible. No podía soportar la idea de tener algo que le recordase a… Sasuke…

Todavía el dolor era realmente permanente. No había manera de que desapareciera con facilidad.

"Si todavía estuvieras aquí…a mi lado…nada de esto estuviese sucediendo"

No obstante estaba decidida a continuar con su vida. Pero era difícil. Su cuarto se había convertido automáticamente en su refugio y salir de ahí hacía que el miedo invadiera su débil cuerpo.

Indeliberadamente se colocaba tras la puerta de su habitación y sujetaba la manilla. Su frágil mano con dificultad trataba de mover la perilla pero le era inútil pues sus manos temblaban de tan solo saber que dejaba su tristeza rezagada en aquel lugar y que al salir la felicidad aparecería de improvisto en su vida y de cierta manera el llorarle a Sasuke se le había vuelto un vicio. Lo peor era que, aunque sonara demasiado desquiciado, eso le comenzaba a gustar…no lo quería dejar ir.

Apoyaba su espalda en la madera y miraba hacia la puerta de vidrio que se dirigía hacia el exterior. Eso le bastaba… y quizás podría vivir "feliz" de esa manera… pero si lo pensaba con detenimiento solo un loco podía vivir bajo esas circunstancias.

Quería sentirse excluida con su mundo de dolor y sabía perfectamente que eso no era lo correcto. Cada día se volvía inevitable… pero tampoco imposible.

Al pasar el tiempo, Sasuke se convertiría en un hermoso recuerdo…no obstante eso no era lo que deseaba.

Anhelaba con ansias que al nacer sus hijos ellos fuesen igual a su padre. No solamente en lo físico sino también en carácter, claro distinguiendo a su padre frío y calculador e irresponsable por supuesto.

Solo a el se le ocurría matar a dos pájaros de un solo tiro.

En esos momentos rió divertida de sus pensamientos. El que Sasuke la hubiese dejado embarazada por "accidente" y siendo mas aun gemelos no es que haya sido una maravilla de regalo por parte de el. Pero aceptaba que era un milagro de la naturaleza.

Miraba enternecida su enorme vientre. Ellos definitivamente le traerían bellas memorias de su padre. Los malos y buenos momentos que pasó junto a el. Compartiendo el uno con el otro y entregándose ese amor que tanto se profesaban.

Por lo menos algo de Sasuke permanecería junto a ella para siempre… el producto de un gran amor…

Sus hijos…

Sentada en la silla mecedora frente al balcón esperaba quietamente a que la noche cayera. El ocaso hacia presencia con una fulminante luz que calentaba su cuerpo y el viento la acompañaba en silencio. Sus largos cabellos rosas se movían con el vaivén del movimiento en la silla y el aire los hacía volar suavemente por su fino rostro.

"Sasuke"

Eso era lo único que ocupaba sus pensamientos. En sus sueños…de día y de noche…

Por un momento entró en trance. No se había percatado hasta que tocaron la puerta de su habitación. Algo despavorida reaccionó y acomodándose un poco en su asiento le cedió el paso a la persona de afuera.

-¿Sí?- carraspeó un poco.

La puerta se abrió y apareció su madre detrás de ella.

-Hija…tienes visita…- sin mirarla a la cara Sakura algo sorprendida le preguntó.

Viviendo una mentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora