Gema
Después de que las palabras salgan de mi boca sin más, empiezo a ser consciente de lo que acabo de decir. ¿Acaso me he vuelto loca? No sé qué decir para romper el silencio que ahora nos rodea. La mirada de Abraham está clavada en la mía y soy consciente de que no es incomodidad lo que hay en el ambiente. Por el contrario, es como si todo volviera a encajar en su lugar. Siento que el tiempo se detuvo para mí en el mismo momento que olvidé lo que significaba amar y dejarse llevar por el corazón. En ese momento en el que tomé la decisión de dejar ir al amor de mi vida.
-Nuestra vida no fue maravillosa, pero tuvimos momentos que fueron más que perfectos -dice sin más. Sus palabras me sacan una pequeña sonrisa y le agradezco que haya roto el hielo. Creo que por primera vez en mucho tiempo, ambos estamos en la misma página y que lo nuestro solo fue un punto y seguido.
-¿Cuál sería uno de esos momentos para ti? -pregunto verdaderamente curiosa.
-Ya que nos estamos sincerando... -Se detiene en mitad de la frase y eso hace que mi curiosidad aumente hasta niveles insospechados.
-Venga, dímelo. No puedes mantener el secreto para siempre y quiero saberlo. Solo estamos nosotros y estas velas, ni siquiera queda pizza. -Le animo a que siga hablando.
-Para mí el momento más perfecto era despertar a tu lado. Tu rostro me daba mucha tranquilidad. He extrañado eso durante todo este tiempo.
-No creo que hayas estado solo en tu cama a lo largo de estos años... -No puedo esconder el tono irritado de mi voz. Pensar en todas las mujeres que habrán saboreado su cuerpo no me hace especial ilusión.
-El sexo y el amor muchas veces no van de la mano. Con todas esas fue lo primero, solo contigo hice el amor y entregue todo de mí. ¿Vas a decirme que no ha habido nadie calentando tu cama en todo este tiempo? -Sonrío de forma malvada en mi interior. Su tonito no me ha pasado desapercibido.
-Mi cama nunca ha estado fría... -Antes de que me dé cuenta, le tengo encima de mí mirándome fijamente. Su sonrisa se ha borrado de un plumazo y yo me sorprendo por ello. -¿Celoso?
-Muchísimo. Sé que no tengo derecho, pero sigues despertando en mí el hombre posesivo que no sabía que era. En la boda, empecé a odiar a ese DJ tuyo.
-¿Sergio? Nada que ver, es como un hermano para mí. Además señor celoso, he estado trabajando como una loca todo este tiempo. No voy a negar que he tenido mis cosas de una noche, pero nada más. El amor no era algo primordial para mí.
-Y ahora, ¿lo es? -Su pregunta me pilla con la guardia baja de nuevo.
-Cuando estamos hablando así y pienso en todo lo que vivimos juntos, creo que el amor es el motor del mundo. Pero luego vuelvo a la cruel realidad y me dan ganas de escapar corriendo. El dinero mueve el mundo Abraham, aunque es triste. -Mis palabras son ciertas. Perdí a mi amor y tuve que trabajar mucho para poder ganar el dinero suficiente para alcanzar mi sueño. Su madre nos separó por su dinero y vivimos en este tipo de sociedad que se valoran más las ganancias que las emociones.
-Yo tengo el dinero, tú solamente utiliza tu amor.
-¿Para qué? ¿Para calentar tu corazón? -No puedo evitar que una carcajada escape de mis labios. Pero me detengo cuando le veo mirarme fijamente.
-Sí, haz que vuelva a latir porque desde que nos separamos siento que me he convertido en un monstruo. -Esta conversación se está volviendo más seria de lo que debería.
Pongo mis manos en su pecho y le alejo de mí. No puedo dejarme llevar por sus palabras o volveré a cometer los mismos errores que en el pasado. Cuando él está tan cerca de mí, me es imposible pensar con claridad.
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Cuando te vea de nuevo
RomanceGema ha conseguido la vida tranquila que había soñado. Pero, siempre hay sorpresas inesperadas y el pasado vuelve con más fuerza que nunca. Se suele decir que las segundas partes nunca fueron buenas y Abraham no está interesado en comprobarlo. Ha l...