9. Fuego.

100 9 37
                                    

— ¡Zack, granada a las doce! ¡El resto, fuego a discreción!

Por suerte, todos entendieron perfectamente mis instrucciones. Generar un plan improvisado tendría el 50% de probabilidad de fallar, pero aún así teníamos el otro 50% para acertar. Mientras todos nos girábamos a cruzar la esquina en donde quedaríamos a la vista de los captores de James, Zack tomó una granada de su cinturón y la arrojó sin pensarlo para luego seguir nuestros pasos.

Ruby se posicionó sobre su rodilla a unos metros de donde estábamos, y tres segundos después un estruendo sacudió el suelo por un momento. La explosión había resultado, por lo que me asomé para ver si todavía nos rodeaban. Los cuerpos calcinados de las dos bestias que amenazaban con aplastarnos quedaron inertes entre una capa de humo; la putrefacción de la carne rostizada impregnaba el ambiente y provocó que tuviera nauseas.

Un disparo resonó a mi espalda, y al girarme vi a Ruby disparando contra los Korns restantes que corrían hacia nosotros. Obviamente llamamos su atención, pero no teníamos alternativa más que hacerles frente o morir.

Las balas impactaban en sus cuerpos, dejando un agujero en medio de la masa verde, al igual que su sangre. Asqueroso a la vista de todos, pero nadie realizaba alguna mueca de asco, o hacía ningún comentario. Todos queríamos eliminar a esas criaturas para poder largarnos.

Seguimos disparando, pero la única que acertaba sus balas era nuestra francotiradora, por lo cual pedí a todos que bajaran sus armas, pero las balas no hacían efecto en ellos, sólo los retrasaba.

De un momento a otro, Max salió corriendo por donde nos perseguían los otros dos Korn que Zack horneó, pasando por entre esa cortina humeante sin siquiera mirar los cadáveres. Le grité para que volviera, nos ayudara, pero ni siquiera volteó a mirarme.

Me costaba creer que nos abandonaría. No quería creerlo, y menos después de las palabras que le dijo a Ruby para consolarla. Pero... Si me abandonó a mi suerte en un simulacro, ¿por qué no hacerlo en una situación real?

Ruby seguía disparando alternadamente a las bestias, pero apenas le daba a una, otra comenzaba a correr, y así durante unos segundos.

Debía pensar en algo rápido, o nos quedaríamos sin munición.

— Les arrojaré otra granada. —Sugirió Zack mientras sacaba otro explosivo de su cinturón.

— ¡Ni siquiera se te ocurra! —Gritó Ruby sin mirarlo, apretando su mandíbula por lo frustrada que se sentía.— La explosión puede alcanzar a James, está muy cerca.

Apreté mis puños lleno de ira. Si tan solo James no estuviera allí, todo sería más fácil.

— ¡Lo tengo! —Se me ocurrió algo para rescatar a James, pero cuando volteé a mirarlo, me topé con una sorpresa que no supe cómo interpretar. Max estaba justo detrás de los Korns, liberando a James en silencio mientras nosotros los distraíamos.

" Maldito loco ".

No le tomó mucho tiempo cortar la soga, por lo cual avanzaron con sigilo hasta devolverse por el camino que Max había tomado para llegar hasta allí.

Ruby también debió notarlo, porque sonreía mientras seguía disparando, y luego mordía su labio.

El peligro seguía inminente en forma de cuatro hambrientas criaturas en busca de venganza, corriendo hasta nosotros, pero ella simplemente sonreía... Y yo quería sonreír con ella.

Debíamos eliminar a esos objetivos para lograr volver al campamento, pero resultaba difícil hacerlo con nuestras armas. Algo que nos ayudara para acabar rápido, eso necesitábamos, ¿pero qué? Si arrojaban otra granada en esa calle tan estrecha podríamos causar un derrumbe entre los edificios y quedar atrapados, o morir bajo los escombros. A menos que...

— Zack, ¿puedes arrojar la granada hasta la entrada de ese edificio? —Pregunté, señalando la construcción de alrededor de diez pisos de altura, más o menos, que se encontraba a la izquierda de los Korns que nos gruñían, y él asintió.— Entonces hazlo.

Titubeó por un momento, pero Ruby habló para disipar cualquier duda que tuviera.

— Prometimos que confiaríamos en tus decisiones, Nolo. Zack, has lo que dice.

Suspiró resignado, tomando la granada con una mano para luego quitarle el seguro con la otra. Esperó un segundo, que me pareció interminable o como si el tiempo se detuviese, para arrojarla hasta donde le pedí.

Instintivamente, los Korns gruñeron y desviaron la mirada hacia donde cayó el objeto, y al parecer sabían lo que era. Su retirada fue inmediata, al igual que la explosión, por lo cual nos dimos la vuelta y empezamos a correr para estar a salvo.

El edificio se sacudió ante la cercanía de la explosión, levantando una nube de humo puro mientras caía desde la base. Los Korns intentaban correr, pero no llegaron tan lejos antes de que la construcción les cayera encima a pedazos, aplastando sus cuerpos deformes uno a uno, hasta que todo el edificio colapsó y nos obligó a correr también.

Max y James nos encontraron en la primera esquina que cruzamos, en donde estaba la señal de transito caída, y Ruby no contuvo el llanto ante esa reunión, arrojándose a los brazos del chico con medio rostro cubierto.

— ¿Qué diablos haces aquí? —Le susurró James mientras la abrazaba, como si no se hubiesen visto en años.— Es muy peligroso este lugar. ¿Quienes son ustedes?

Se dirigía a Max y a mí, pero Ruby fue la que contestó por nosotros.

— Ellos son mi esquadrón, hermano. —¿Hermano? ¿De qué demonios me perdí?— Ya conoces a Zack. Ellos son Max y Nolo.

Un gruñido se escuchó desde el lugar del derrumbe. Estrepitoso y colérico, ya que al parecer uno de los Korns había sobrevivido y no estaba de buen humor.

— Es un gusto, en serio, pero tenemos que irnos. —Todos asintieron ante mis palabras, y por primera vez desde que me nombraron como tal, me sentí un líder.

Corrí adelante, recordando el camino que habíamos tomado a través del bosque y seguimos corriendo entre su espesura. De no haber sido por las marcas que dejamos en los árboles, quizá nos hubiesemos perdido, pero al caminar durante un par de horas supuse que estábamos a salvo.

Todos jadeabamos muy cansados. El oxígeno escapaba por mi boca al mismo tiempo que ingresaba por mis fosas nasales, y minutos después decidí darnos un descanso.

— Al parecer estamos a salvo. —Murmuré, cayendo rendido en el suelo.— Buen trabajo, chicos. No hay que repetirlo pronto.

— Lamento decepcionarte, Nolo, pero tendremos que repetirlo muy pronto. —Contraatacó James.— Lo digo en serio.

— ¿Qué? ¿Que quieres decir?

Los jadeos seguían escapando involuntariamente, en un intento por normalizar mi respiración.

— Descubrí información que nos servirá para luchar contra los Korns, en un campamento a dos días de aquí.

— Tendremos que esperar ordenes, viejo, y-

— Es uno de los principales, y probablemente allí tengan a todos los secuestrados.











————————————————

Cielos, estos chicos no salen de un aprieto para entrar en otro, tsk.

Por cierto, gracias a @nanichanmpm por la hermosa representación de nuestro séptimo escuadrón ♡ mejor imposible.

Espero sus votos y opiniones.

F.<3

Rebeldes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora