Capitulo X

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9:20am y aun sigo en la cama. Que noche... de verdad que no había bebido tanto en toda mi vida, prometo no volverlo hacer y menos si es una fiesta en la que no conozco a nadie. Me levante de la cama, me mire en el espejo que estaba en la esquina de mi habitación y dios que era un desastre. ¿Acaso estaba así en la fiesta? No me importo así que solo fui a la cocina para poder comer algo porque de verdad estaba hambrienta. Mientras me servía cereal, me fije que había un suéter azul en la silla de la cocina. Fui a ver y cuando me doy cuenta es de Aaron... Tengo que admitir que lo extraño pero las cosas que me dijo simplemente no se me olvidaran. Volví a la cocina y solo deje el suéter ahí tal como estaba.

Tenía ganas de ir a tomar un café pero sinceramente no quería ver a nadie, ni a Aaron de la cafetería, ni a Jess y mucho menos al idiota de Tobías. No quería que me invitaran a más fiestas o simplemente no quería ver a nadie hoy, solo eso. Me quede en casa para poder tratar de hacer mi libro con la poca información que tenia sobre Ramon y Jess. Empecé a escribir todo lo que sabía y anotar algunas preguntas que les quería hacer. En eso se hicieron como las 2 de la tarde y ya estaba sin ideas. Así que decidí ir a la tienda de mascotas donde trabaja mi madre. Comí lo más rápido que pude para tratar de ir temprano ya que no quería ir tan tarde.

Llegue a la tienda, cuando me doy cuenta que un chico en una esquina se me queda viendo fijo y después de yo verlo sale corriendo ¿Sera el mismo chico de la otra vez? Estaba un poco confundida, sí que me pareció raro pero sin embargo no le tome importancia.

-Eva querida ¿Cómo has estado? Dice Laura con mucha alegría

Laura es una buena amiga de mi madre. Han trabajado aquí casi 7 años y las dos se han hecho muy buenas amigas con el tiempo. Recuerdo que mi madre hace en años cuando comenzó a trabajar aquí en Amor por las Mascotas, que así es como se llama la tienda, recuerdo que me había comentado que Laura era muy tímida, que no sabía si se la iban a llevar muy bien y mírenlas ahora ¿Quién lo diría?

-Bien y ¿Tu? Digo con una sonrisa

-Bien ¿Qué necesitas? O vienes a ver a tu madre

-Sí. Digo aun con mi gran sonrisa

-Bueno tu madre está ahora ocupada pero si le puedes esperar unos minutos. Dice acomodando algunas bolsas de comida

Mientras esperaba, fui hacia donde estaban unos cachorros. Se veían tan tiernos jugando, de verdad que siempre me han fascinado los animales, al igual que mi madre. Recuerdo que teníamos dos perros, tortugas, hámsters, conejos, loros, muchísimos animales pero ahora solo queda Angus, un Labrador pero ya tiene 9 años y está ya viejito, viviendo en casa de mis padres. La verdad es que yo ya no tengo mascotas donde vivo porque Benji, mi perro anterior, murió de viejo y la verdad fue algo que me quedo marcado. Por eso ya no tengo mascotas.

-Hija pero ¿Qué haces por aquí? Pregunta mi madre con emoción y curiosa

-Nada solo vine a pasar a saludarte y estar un rato. Hasta te puedo ayudar, como lo hacía antes. Dije sonriendo

Mi madre me miro como si supiera que algo me pasaba pero aun así, no pregunto. Vio como miraba a esos cachorros jugando y de verdad que extrañaba tener una mascota

-¿Quieres uno cariño? Dijo con voz dulce

Yo de verdad quería uno pero al pensarlo bien, sabía que se me pasaría, así que solo la mire y le negué con la cabeza. Mientras pasamos el rato trabajando juntas como antes. Yo limpiaba y sacudía el poco polvo que podía haber y no imagino porque... Y es que Laura es un poco obsesiva con lo que es la limpieza. Mientras mi madre bañaba a los perros, Laura atendía a los clientes.

Después de haber terminado de limpiar y acomodado algunas cosas. Me senté junto a mi madre que peinaba al pequeño Yorkshire. Le puse mi cabeza en su hombro y solo me le quede mirando como peinaba al pequeñín

VIDAS CRUZADASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora