Ya estaban rotos, pero ninguno aceptaba dejar al otro. Pensaban ciegamente que esto, a lo que solían llamar amor, podía seguir adelante; ser mejor cada vez. Que en verdad serían felices.
Pero nadie veía lo evidente: ya no eran un nosotros, eran dos personas que se engañaban, que pensaban que se querían. Dos desconocidos jugando a conocerse. Dos novios que ya no tenían un mes de abril.
Y aún así se abrazaron, con la última pizca de esperanza que les quedaba, tratando de recuperar aquella promesa, aunque el juntos para siempre, se había terminado hace tiempo.
-XMG