Assassin's Creed Yaoi

Ezio x Desmond x Altair

Los sonidos claros de la gente que hablaba y el canto de los pájaros comenzaban a tornarse aburridos y a través del sonido de los dedos tocando un teclado y el funcionamiento de las computadoras. El fresco olor a lluvia y tierra cambió a seco y pedregoso. La visión de Desmond se volvió blanca y borrosa cuando fue expulsado del Animus. Él gimió y se pellizcó la nariz cuando ya sentía el próximo dolor de cabeza formándose en la parte posterior de su cabeza.

Apreciaba que Rebecca mejorara el Animus para que el Efecto de Sangrado no le llegara tan rápido como lo haría con el de Abstergo, pero aun así le dejaba una sensación de inquietud cuando estaba acostado y se sentía como una mierda después de terminar una sesión. Un dolor de cabeza era casi inevitable, pero podía vivir con eso.

"¿Cómo te sientes?" Rebecca preguntó desde donde estaba sentada en su silla escribiendo en su computadora.

"Bien. Podría ser peor". Desmond respondió aliviado de que su dolor de cabeza no era tan malo como lo era la mayor parte del tiempo. Tal vez fue porque fue una sesión bastante relajante. Estaba reviviendo los recuerdos de Connor ya que ya había terminado con Altair y Ezio. Y hoy, Connor estaba hablando principalmente con personas o escaneando el área y desollando menos a algunos animales o cortando la garganta de la gente.

"Ve a dormir un poco. Es bastante tarde". La mujer de cabello negro azabache le sonrió y él la devolvió antes de girar para salir de la habitación.

Su habitación no era grande, pero era suficiente. Aparte de una cama, una simple y vieja mesa de madera polvorienta con una silla mayormente rota y una cómoda larga de madera, no había nada. Era un edificio viejo. La villa de Auditore para ser preciso. No solo era viejo, sino que también estaba arruinado, así que estaba contento de tener al menos una cama suave, no como la cama dura y fría en Abstergo. Desmond se estremeció ante el recuerdo de su tiempo cautivo en Abstergo como uno de los Sujetos. Afortunadamente, Lucy y los demás lo sacaron de allí antes de que le sucediera peor. Él vio la sangre en las paredes. Símbolos crípticos escritos con la propia sangre del Sujeto mientras se volvían locos. Sabía cómo se sentía el efecto sangrante. Lo que es no poder distinguir la diferencia entre entonces y ahora,

Con un largo suspiro, Desmond se acuesta boca arriba sobre la cama con un brazo sobre los ojos. Sus pensamientos se desviaron a la época en que vivió las vidas de Altair y Ezio. Suena extraño, pero ha pasado tanto con ellos, vio lo que vieron, se enojó con ellos, se lamentó con ellos. A veces tenía ganas de consolarlos, pero no podía hacer nada más que verlos llorar en silencio cuando pensaban que estaban solos. Se había sentido más cerca de sus Ancestros fallecidos que de su propio padre. No pudo evitar resoplar ante la idea.

Apartando esos pensamientos deprimentes, se puso de costado e intentó dormir un poco antes de tener que regresar al Animus.