desorden, está su control remoto. Ella nunca se molestó en buscar realmente y usa su computadora para ver las noticias.
Luego, está Alex. No lo usa a menudo, pero se retira allí los días en que su humor es negro o su piel demasiado apretada o su cerebro demasiado lleno de recuerdos de hombres muertos. Hay una manta, que Dana le dio. Y una ventana con un pequeño balcón. Y eso es. Es un virus, por lo que no necesita un lugar cómodo para descansar, ni comida, ni entretenimiento. Simplemente va allí para cerrar los ojos y estar solo, las piernas colgando ociosamente por la ventana.
Él no pasa mucho tiempo allí.
Adam abre de par en par su puerta y hace un gesto a Alex con un gesto dramático. "Por favor, señor."
Alex lo ignora y se desliza dentro. Levanta una ceja.
Es simple. El departamento de Dana es solo un concepto abierto, por lo que todavía hay paredes y separadores, sin mencionar alfombras en partes de su casa. Aquí, realmente es una gran sala. Hay una puerta en la pared derecha y él supone que conduce a un baño. Todo es madera dura retorcida, con una nevera contra la pared. Al otro lado de la habitación, hay un colchón, equipado con una sábana y una manta arrugada en el extremo. No hay marco, solo un colchón en el suelo. Un televisor descansa sobre una caja metida en una esquina hacia afuera para que pueda obtener un buen ángulo desde cualquier lugar de la habitación, y un pequeño sofá delante para que el viejo Alex pueda oler el polvo desde la puerta. Él no tiene dudas de que vino con el departamento.
"Entonces, ¿cuál es el veredicto?"
Alex desliza su mirada hacia donde Adam está tirando sus llaves en el piso y quitándose la chaqueta.
Él ha sido engañado, piensa. Apenas hay suficiente personalidad aquí para caber una cucharadita, y mucho menos hacer un perfil para alguien. Él resiste el impulso de suspirar con impaciencia.
"Parece que no planeas quedarte".
Adam sonríe sin mirarlo. "¿Es obvio?"
"¿Cuanto tiempo llevas aqui?"
"Mm. ¿Dos meses? ¿Tres?" Alex no habría adivinado más de una semana, dado lo plano e impersonal que es el entorno. "Es hora de que siga adelante, eso es seguro".
Adam se dirige hacia el sofá y se deja caer en un extremo, sin fuerzas. Apoya la cabeza en la parte posterior y cierra los ojos, la imagen de la relajación.
"Suenas como si te movieras a menudo". Alex se sienta con cautela en el sofá, concentrado completamente en el hombre que alegremente dejó que el Virus Blacklight entrara en su apartamento. "¿Por qué?"
"Simplemente me gusta viajar".
"No te creo".
Adam se ríe de una cosa baja y silenciosa, tan cansada como divertida. Él abre un ojo. "Hombre, realmente hablas en serio sobre esto. ¿Qué importa?"
"Importa." Más que nada. Adam lo mira correctamente, girando la cabeza hacia un lado, considerando.
"Bueno, supongo que vas a tener que confiar en mí".
Alex entornó los ojos. "No soy del tipo confiado".
Él consigue otra risa. "Sí, no, mierda. Pero es todo lo que estás consiguiendo".
"A continuación, hacer algo que ocultar."
Adam se encoge de hombros. "¿Quién no? Mira, lo prometo, no soy un asesino o un violador ni trabajo para PETA, ¿de acuerdo? Solo soy un barman". Él gesticula a sí mismo. "Lo que ves es lo que obtienes conmigo".
