dos

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Erick hundió la cara en la almohada tratando de ahogar sus penas. No sólo era catalogado como el chico que se comía con la mirada al novio de Carly Martínez, ahora era el chico mentiroso y patético que inventó un novio.

—Esta vez sí que la has cagado, Brian —le dijo Steph acostada junto a él apoyando los pies en la pared.

—Lo sé —suspiró el ojiverde.

—¿Y ahora qué harás?

—No tengo idea —Erick cambió de posición para poder ver a su amiga más cómodamente—. No puedo conseguir un novio de un día para otro.

—Para como eres tú primero consigues una ETS pero no el novio que te la contagie —se rió ella misma de su propia lógica.

—¿Cómo es eso posible?

—Ese es el chiste, mi querido Erick.

El ojiverde levantó de la cama cansado de la situación. Sabía bien que la azabache sólo trataba de distraer su cabeza pero le era así imposible no pensar en lo imposible que le haría la vida Carly de ahora en adelante.

—No me estás ayudando, Steph —miró por la ventana y vio cómo su vecino Richard andaba en bicicleta por la cuadra usando un disfraz de gladiador mientras su hermano lo perseguía.

—Es obvia la solución a tu problema, Er —la chica se sentó correctamente mientras empezaba a escribir algo en su teléfono.

—¿Y tu solución obvia es...? —reprimió una carcajada cuando vio al rubio caer de la bicicleta que probablemente era de Yashua.

—Un novio falso, duh —Erick se volteó anonadado.

Sabía que esa podía ser una buena solución a todo su problema pero no estaba seguro de sí sería capaz de caer tan bajo para mantener una mentira de tal magnitud.

—¿Dónde se supone que saque un chico que esté dispuesto a ayudarme? —Steph no levantaba la vista de su teléfono por lo que Erick siguió hablando— Los únicos chicos que conozco son Christopher, Richard, Yashua y a tu hermano y tengo muchas razones para no elegir a ninguno de ellos.

—Sabes que Joel te ayudaría sin dudarlo. Le agradas mucho —por fin había vuelto a hacer contacto visual.

Erick sabía que ella tenía razón, suspiró sentándose en el escritorio que tenía en su cuarto. Realmente no conocía a Joel tanto, recuerda vagamente cuando él y Christopher eran mejores amigos y solía pasar algunos días en su casa jugando videojuegos con el castaño. Todo eso acabó cuando fueron a la universidad, a pesar de ir a la misma fue inevitable su separación.

También podía recordar una fiesta en la casa de los Pimentel donde pasó toda la noche con el rizado riendo y haciendo chistes sobre la rubia distraída que estaba ahí babeando por Joel. Esa fue la única vez que podía recordar que había pasado mucho tiempo con él sin la necesidad de que hubiera alguien de por medio.

—No puedo pedirle eso a Joel.

—Él no tiene ningún problema con hacerlo, lo sé —Steph realmente estaba preocupada por la situación de su amigo, no quería que fuera pisoteado más por culpa de Zabdiel pero eso no parecía hacer disminuir su amor por el boricua.

—No, enfrentaré la consecuencias de esto como un hombre —bajó la mirada sabiendo lo que pasaría el día siguiente.

La azabache estaba por decir algo cuando su teléfono sonó.

—Joel ya llego por mí —tomó su mochila y se acercó para dejar un beso en la mejilla del ojiverde—. Solo piénsalo, ¿sí?

—La respuesta seguirá siendo la misma.

Suspiró derrotada y salió de la habitación dispuesta a irse.

Quedo solo en su pieza pensando en que era lo que haría cuando escuchó la voz de su hermano desde la puerta.

—¿Un novio falso? —el tono de Christopher era uno de burla sin intento de ser disimulado— Tienes que estar bromeando. Creí haberte criado mejor.

—Cierra la boca, Chris.

—La idea de Steph no es mala —se sentó en la cama y le sonrió tristemente al menor—. Joel suele hacer cualquier cosa por estar aburrido, lo conozco.

—Igualmente no lo haré —se arrojó dramáticamente sobre su cama—. Mi vida social se termino.

—No se puede terminar algo que no ha empezado —el castaño recibió una almohada en la cara con fuerza por lo que rió—. Bien, ¿a quién le mentiste?

—Carly Martínez.

—Oh diablos, la loca —el mayor hizo una mueca recordando a la rubia—. ¿Aún sigue resentida por las veces que la rechacé?

—Parece ser que sí —Erick abrazaba la almohada como si ésta lo fuera a proteger de lo que le deparaba el futuro—. No molesta a alguien que no sea yo.

—Demonios, aún le gusto a la loca —Christopher se levantó para irse a su propia habitación mientras se reía de lo que había dicho.

—Chris...

—¿Sí?

—¿Por qué estás usando una bufanda en pleno septiembre? —preguntó confundido.

—Las olas de frío se avecinan.

—Vivimos en Miami.

Las mejillas del mayor se sonrojaron cuando vio que Erick estaba más preparado de lo que pensaba.

—¡Soy innovador y vanguardista! —gritó antes de salir corriendo.

Frunció el ceño ante el comportamiento idiota de su hermano mientras mentalmente agradecía no compartir material genético con él.

—Idiota.

Faking it; JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora