Erick se sentía extremadamente bien pasando aquel día en el parque. Estaba feliz de que Steph lo invitara a pasar un rato ellos dos solos, desde que todo el asunto de Joel había iniciado no habían tenido tiempo para pasar un tiempo juntos como solían hacerlo antes.
—Entonces la muy tonta dijo que Joerick no era real y la empujé a un charco —la chica terminó su historia riendo por el recuerdo que había invadido su cabeza.
—¿Joerick? —preguntó confundido el ojiverde.
—Sí, ya sabes, Joel y Erick es igual a Joerick —se encogió de hombros como si fuera la cosa más obvia del mundo y no sonara como una completa chiflada.
—Eres consiente de que Joel y yo no somos una pareja real, ¿verdad? —preguntó con miedo de que su amiga se estuviera obsesionando de nuevo con una pareja, mucho más si era una en la que estaba involucrado— Además, ¿Ally no es tu amiga?
—No después de que dijera que mis padres no son reales.
—¿Padres? Pero tenemos la misma edad y Joel es tu hermano.
—¿Y eso qué? Joel es mi nuevo papá y tú mi otro nuevo papá pero con ojos más bonitos —se recostó en el hombro del ojiverde mientras éste reía—. Tiembla Patricia que aquí viene Joerick.
Erick se carcajeó con más fuerza ante las ocurrencias de su amiga, realmente le hacía falta un poco de eso para despejar su mente. Pensar en otra cosa que no fuera la farsa que debía mantener en la escuela. Estaba por decir algo más cuando un rubio sudoroso pasó delante de ellos trotando. El moreno se detuvo frente a la banca en la que estaban sentados y sonrió en forma de saludo.
—¿Qué tal, niños? —ambos menores pusieron los ojos en blanco.
—¿Tú no trabajas o algo? —preguntó directamente la chica— Quiero decir, no te veo haciendo algo que sea remotamente productivo.
—Estoy haciendo ejercicio justo ahora —respondió Richard jadeando un poco mientras se quitaba la camiseta para secarse el sudor—, eso es bastante productivo a mi parecer.
Erick y Steph había quedado boquiabiertos por la imagen que se les estaba presentaba justo frente a ellos. No era que les gustara Richard o algo por el estilo pero tampoco eran de pierda. A ambos les atraen los chicos y el rubio no estaba ni cerca de la categoría de desagradable. El moreno pasó la camiseta por sus abdominales para deshacerse de cualquier rastro de humedad ahí.
—Olvidé de que hablábamos —murmuró Erick sin poder dejar de mirar el abdomen perfectamente trabajado de su vecino.
—Se les van a meter las moscas si siguen con la boca abierta —Steph recobró la compostura y frunció el ceño por la burla del mayor. Quizás fuera guapo pero eso no le quitaba lo idiota.
—Mira tonto, tú no puedes...
—Espera —Richard la cortó al sentir su teléfono vibrar en su pantalón deportivo—. Debo irme, chicos —sonrió ampliamente después de leer el mensaje que le había llegado—. Yashua me necesita.
—Creí que seguías peleado con él —señaló Erick.
—Sí pero eso no le evita necesitar de mis fabulosos servicios —sin esperar alguna respuesta por parte de los menores, el rubio se fue corriendo.
Steph lo siguió con la mirada solo para probar si había desarrollado algún tipo de poder especial y así acabar con la vida del rubio cuando notó las líneas rojas que bajaban por su espalda. A pesar de la considerable distancia que llevaba, ella pudo ver los rasguños que decoraban su cuerpo.
—¿Viste eso? —preguntó la chica señalado la silueta a lo lejos de Richard.
—¿Ver qué cosa?
—Por todos los Dioses, Erick. No puedes andar tan distraído por la vida —Steph puso lo ojos en blanco cuando Erick se encogió de hombros restándole importancia a lo que decía—. Richard tenía la espalda arañada.
—¿Y eso por qué nos importa?
—¿Porque es nuestro amigo?
—Yo lo considero más un mapache ratero que se mete a mi casa a robar comida, es más amigo de Christopher —el ojiverde pareció haber recordado algo cuando mencionó al castaño—. Hablando de él. Chris ha estado teniendo sexo con un chico y me dijo que le marcó la espalda. ¿No es una graciosa coincidencia?
—¿Qué? —la cabeza de la chica comenzó a trabajar a toda velocidad, conectando toda la información que tenía y sacando algunas teorías. Hasta que había llegado al único razonamiento lógico.
—Sí, es divertido que Richard tenga la espalda así cuando Christopher se lo hizo a alguien —Erick rio para sí mismo—. Parecen que están conectados.
La chica suspiró por la incredulidad de su amigo.
—Creo que están más conectados de lo que imaginas, Er.
Erick llegó casi jadeando a su casa. Se había quedado dormido en el autobús y éste lo había dejado unas seis cuadras más lejos de su casa. Quizás el plan de Steph de llamar a Joel para que pasara por ellos al parque no sonaba tan mal ahora que estaba todo sudado y rogando por un vaso de agua.
Caminaba hasta su cuarto casi arrastrándose por las paredes, no alcanzaba a sentir sus piernas por lo que los muros eran su único soporte. Solo podía pensar en llagar hasta su cama para poder morir en paz cuando escuchó un ruido de algo estrellándose contra el piso que provenía de la habitación de Christopher, un poco asustado trató de abrir la puerta para ver si su hermanastro estaba bien pero ésta estaba bloqueada.
—Eres un idiota —escuchó los murmullos de Christopher en su habitación. Tocó la madera de la puerta para hacerle saber que estaba ahí— ¿Qui-quién?
—Soy yo, Chris —pegó su oreja a la puerta para tratar de oír mejor—. ¿Está todo bien?
—Todo está increíble —escuchó el murmullo de una voz más grave que en definitiva no era la del castaño, seguido de un golpe seco.
—¡Está todo bien, Erick. No te preocupes!
—¿Y qué fue ese ruido? —el ojiverde no sabia si creerle a Christopher después de las mentiras de los chupetones por lo que decidió seguir insistiendo un poco más.
—¡Se me cayó la lámpara, es todo! -—alcanzó a oír una risa algo ahogada pero estaba seguro de que no era la escandalosa de Christopher.
Erick se encogió de hombros y decidió no indagar más en el asunto. Estaba demasiado cansado como para seguir preocupándose de qué cosas sucias hacía su hermanastro encerrado en su habitación, necesitaba con urgencia llegar a su propia cama.
