Erick se sentía intimidado por las miradas y los murmullos de los estudiantes del instituto. Sabía bien que el chisme de él besándose con Joel, el ex novio de Carly, ya estaba en la boca de todos.
Steph apareció casi corriendo por el pasillo hasta llegar al ojiverde. Su sonrisa en su cara era la más grande que hubiera visto.
—Hola, cuñado —Erick puso los ojos en blanco cansado, cerró su casillero y se dispuso a irse sin contestar al saludo. De igual forma, la azabache lo siguió—. ¿Qué tal tu nuevo novio? Esa mordida en tu labio parece decir que bien.
—No puedo creer que hayas hecho eso cuando te dije específicamente que no le quería pedir ayuda a Joel —decidió que lo mejor sería ignorar el último comentario para ahorrarse la vergüenza.
—Tú no se lo querías pedir pero yo sí —sonrió inocente.
Erick quería golpearle la cara y borrarle la sonrisa de su rostro pero desafortunadamente tanto sus padres como Yenny lo habían criado bien. Los odiaba por eso.
—Igual creo que fue algo irrespetuoso de tu parte haberlo hecho en contra de mi voluntad —ambos caminaban lado a lado camino a su clase—. Ahora tendré que lidiar con esto me guste o no.
—Tenías que lidiar con esto desde el momento que le dijiste a Carly que tenias novio —la chica acomodó su cabello y continuó hablando—, cosa que es mentira. Al menos hasta ésta mañana.
—Sí sabes que Joel no es mi novio de verdad, ¿no?
—Sí, lo que tú digas.
Estaba por contestarle cuando siente que alguien le toca delicadamente el hombro. El ojiverde pudo sentir como el aire abandonaba su cuerpo cuando se topó con los ojos de la rubia.
—Así que Joel Pimentel es tu novio, ¿eh? —la sonrisa en su rostro era lo que más le daba miedo. Dirigió su vista a la azabache— Creí que te molestaba cuando tu hermano salía con alguien.
—Me molestaba cuando salías tú con él —Steph se encogió de hombros restándole importancia al asunto—. Te odio a ti, Erick me cae bien por conveniencia.
—También te quiero amiga.
Carly puso los ojos en blanco antes de dirigir su atención a Erick de nuevo.
—Es bueno servir a un caso de caridad como tú —la rubia sonrió cínica—. Espero que te llenes con las sobras que dejé.
Carly se dio la vuelta riendo con intención de irse pero la voz de Erick la había detenido.
—No sé de lo que hablas si Joel te dejó a ti —la boca de la rubia se abrió por inercia—. Y si lo quiere poner como un caso de caridad, bien, pero recuerda que para lo que alguno es viejo para otros es nuevo y Joel sí que actúa como nuevo —se encogió de hombros mientras giraba sobre sus talones—. Supongo que contigo no se desgastó tanto.
El pasillo había quedado en total silencio, lo único que se lograba oír eran los pasos de ambos azabaches y los murmullos de las personas sorprendidas por lo que acababa de pasar.
—¿Qué fue todo eso? —preguntó Steph con una sonrisa mientras saltaba emocionada.
—No lo sé —Erick miraba hacia un punto fijo con el corazón latiendo en sus oídos—, creo que estoy muerto.
•••
Tal como le había dicho, Joel estaba estacionado frente al instituto esperando por él mientras hablaba con algunos antiguos compañeros del equipo de fútbol.
