¡Mírame! | WonHa [EDITANDO]

11 | Reminiscencia: 2da. Parte | Euforia

—¡No! ¡De nuevo, no! ¡Sal de mis pensamientos!

Una pequeña peliazul se tomaba de la cabeza con desespero. Sus ojos apretados con vehemencia traducían el tan tormento que robaba su entereza.

—¡EunHa! —SoWon retiene su acción.

Asir de los hombros a la menor, haciendo que se detenga. EunHa estaba aturdida, cual saliendo de trance. Las dos se mantuvieron el contacto visual. El rostro de la mayor transmitía circunspección, mientras Jung aún estaba confundida.

—U-unnie.

—Calma, EunHa. Estoy aquí, contigo —la abraza.

EunHa no corresponde el abrazo, aún estaba pasmada, como intentando descifrar lo que pasaba a su alrededor.

|| Flashback: Nueve horas antes — SoWon ||

Al día siguiente, SoWon se levanta alrededor de las seis de la mañana.

¡Me levanté realmente llena de energía! Creo que debería salir a trotar. Hace mucho que no lo hacía, así que creo que me iría bien para mi salud física.

Sale de su habitación al baño y se ducha. Después se coloca un conjunto deportivo, y busca su teléfono más unos audífonos y sale a la cocina, donde toma un desayuno ligero y después busca un termo y lo rellena de agua. Coge un papel y un bolígrafo y hace una nota, informándoles a las demás que iba a salir. La deja en una mesita al lado de la puerta de entrada, y después se marcha de la instancia.

Cuando está en la planta baja, se coloca los audífonos y coloca la lista de reproducción Especial para hacer ejercicio, después comienza a trotar en dirección a un parque que quedaba a kilometro y medio de allí.

Qué bien se siente, hace mucho que no hacía esto —medita mientras sigue trotando—. Esto me ayuda mucho a reorganizar mis pensamientos. Además, me ayudará a dejar de estar confundida, con respecto con la pregunta de YeRin de ayer. Me ayudará a... aclararme las cosas.

Una hora y media después, EunHa se despierta. Al despertarse, casi instantáneamente UmJi copia su acción.

—¿Ahora soy tu alarma humana? —Comenta divertida.

—Pues, le digo que verdaderamente sirve como una —sonríe la menor, mientras realiza un breve estiramiento.

—¿Eso lo debería tomar como un insulto? —Sentada en la cama.

—La verdad no creo. Al menos hay algo bueno: evita que me quede dormida.

—Buena salvada.

Ambas embajadoras del aegyo y la ternura rieron.

—Buenos días, unnie. ¿Tiene algo en particular que hacer hoy? —Se sienta al filo de la cama.

—Nada en especial. Quisiera caminar un rato, admirar el paisaje, y quizás visitar de nuevo el parque; quisiera estar un rato a solas. ¿Por qué lo preguntas?

—Pues, quería saber... si quería ir hoy, unnie.

La peliazul prontamente cambió su parecer de risueño a molesto en cuestión de segundos, originado por la propuesta de la maknae.

—Ya te dije que no quiero ir más, UmJi. ¡No estoy loca! ¡¿Está bien?!

—No estoy diciendo que lo esté, unnie. Sólo digo que eso le ayudaría a aclararse. Sólo quiero ayudarle.